El grupo Sidecars, en una imagen promocional de su gira. | R.C.

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Sidecars llega a Palma con su Modo Avión Teatro Tour, un formato que imprime una vuelta de tuerca a su sonido rockero, frenético y ambicioso, consolidando al trío como una de las realidades más contundentes de la escena del rock estatal. Trui Teatre medirá esta noche su directo, a partir de las 21.30 horas.

Sus canciones son una túrmix enloquecida que agita el sonido de Tom Petty, The Jayhawks, Los Ronaldos y Los Rodríguez, una lista dispar unida por un único hilo conductor: el rock. La trayectoria y el quehacer cotidiano de este grupo nacido en el madrileño barrio de Alameda de Osuna está marcada por el talento, el esfuerzo y el sudor. En ese orden. Tras superar la indiferencia de sus primeros trabajos, Cuestión de gravedad (2017) les inscribió en la Champions del rock, dejaron de tocar en salas pequeñas y accedieron a un mercado, digamos, más multitudinario. Este sábado, su nombre cotiza al alza en los festivales de verano. Sus canciones están hechas con las tripas y el corazón, maridan guitarras con la poesía difusa de la calle para armar himnos con las dosis justas de ironía y esa pose chulesca tan cañí.

Calor

No en vano, sus componentes crecieron al calor de las canciones de Tequila, con su genuina fijación ‘stoniana’; de Los Ronaldos heredaron, en cambio, su facilidad para hacer himnos de descarada picardía juvenil. Con esa argamasa sus canciones se aseguran unos sólidos pilares.

La gira Modo Avión Teatro Tour arrancó el pasado 13 de enero en Torrevieja colgando el cartel de ‘no hay entradas’. Juancho Conejo, líder del grupo, confirma que su unplugged funciona genial. «Tras un año de gira exclusivamente eléctrica, fueron muchas las personas que nos dijeron que les encantaría volver a vernos en teatros, ¿y quiénes somos nosotros para no atender las plegarias de nuestro público al que nos debemos?».

A estas alturas, Sidecars siente que no tiene nada que demostrar a nadie, aunque «eso habría que preguntárselo al público», matiza Conejo. Para acabar, le insto a que eche la vista atrás para recordar el primer día que la ovación del público le dejó petrificado. «Fue en la sala Sol (Madrid) hace más de 16 años, presentando nuestro primer disco. Qué momento, ojalá un Delorean para poder resaborearlo con más calma y conocimiento de causa», concluye.