'Los asesinos de la luna', la nueva cinta de Martin Scorsese, dura casi tres horas y media y suscita el debate sobre la duración de las películas. | Luis Carrillo

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¿Son las películas cada vez más largas? ¿Hay una duración idónea? Dune, de Denis Villeneuve, 155 minutos. Nolan saca Oppenheimer, 180. Ahora en cartelera, Los asesinos de la luna, la nueva de Scorsese y, no es corta: tres horas y 26 minutos. No obstante, ¿es una tendencia real o solo ejemplos puntuales de directores con mucho nombre y pocas ganas de cortar en la sala de montaje?

Claro que ha habido títulos largos en todas las épocas, pero si nos ceñimos a la media por décadas, las películas sí son más largas de lo que lo eran. No obstante, la anomalía real se halla en los 90. Las cintas de esos años, que rondaban los 100 minutos, son las que eran notoriamente más cortas que en los 70 y 80. La llegada del VHS, la razón.

La llegada de plataformas de streaming y los cambios en los hábitos, con las series de televisión ganado terreno, han supuesto un cambio en la posibilidad de ofrecer productos más largos y en la manera de consumirlos, como poder pausar en cualquier momento para continuar horas después o, incluso, otro día.

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Juan Salas, del grupo de exhibidores Aficine.

Para Juan Salas, del grupo Aficine al frente de espacios de exhibición como Ocimax o la Sala Augusta, es obvio que «nuestra competencia no son tanto las pelis largas, sino las series». «Esto hace que muchos no salgan de casa y, por lo tanto, no vayan al cine», aunque, de momento, «si la cinta es interesante, sea larga o corta, la gente sigue viniendo». No obstante, sí es cierto que la duración del filme afecta: «Económicamente es negativo si la película es larga porque no podemos poner muchos pases»; una de entre 90 y 100 minutos permite «entre 3 y 4 sesiones», mientras que con las de más de dos horas «solo dos». A ello se suma «que el precio de una entrada no cambia en función de su duración, y ni nos lo planteamos».

Uno de los que están al otro lado es Toni Bestard. El cineasta confiesa no «entusiasmarse» con pelis de más de dos horas porque «creo que hay pocas que duren tanto que merezcan la pena, aunque hay excepciones». Frente al final de los 80 y los 90, «cuando se hacían más cortitas», ahora el blockbuster «parece que no lo es si no dura dos horas y media como si la gente estuviera acostumbrada a un maratón».

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El cineasta Toni Bestard, cuyo filme más extenso es 'El perfecto desconocido', con 92 minutos.

Como autor intenta «no pasar los 100 minutos» y sus largometrajes no llegan a esa duración siendo El perfecto desconocido, de 2011, el más extenso con 92. A pesar de todo, para Bestard «cada historia tiene su duración» y cree que lo ideal «es el acuerdo entre productor, director y distribuidor, porque es algo comercial y hay que buscar el equilibrio entre lo artística y lo industrial».

De eso sabe algo la productora Virginia Galán, para quien es obvio que «no todo el mundo se puede permitir hacer películas largas», ya que un director que está empezando o, por otro lado, uno que quizá no tiene un renombre excesivo, «no puede financiar una cinta tan larga» y se pregunta sino será más bien «un capricho» de directores que, precisamente, pueden permitírselo, aunque quizá no lo necesiten.

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La productora de cine Virginia Galán.

Quizá el único isleño que puede permitirse empujar la duración de sus filmes es Daniel Monzón. Sus siete pelis rozan las dos horas, pero solo las últimas tres las superan, siendo El niño, de 2014, la más larga con 2 horas y 16 minutos. Para Monzón, «pelis largas ha habido siempre», pero «últimamente, casi todas las de presupuesto notable superan con creces las dos horas como si las distinguiera».

Al igual que Bestard, se pliega «a lo que pide la historia», ya que las hay «cortas insufribles y largas que pasan en un suspiro». Todo se reduce a «la capacidad de mantener interesado al espectador, la sabiduría narrativa». Eso sí, «hay que pensárselo mucho antes de hacer pasar a alguien más de dos horas en una sala de cine y que no salga con la incómoda sensación de que ha perdido el tiempo».

El cineasta Daniel Monzón, cuyo filme más extenso es 'El niño', con 2 horas y 16 minutos.

Por último, retomando una frase de Alfred Hitchcock sobre que la duración idónea de una cinta es lo que dura la vejiga humana, Monzón matiza: «Al cine, mejor entrar con la vejiga vacía». Y si a alguien le interesa, la cinta más larga hecha en Mallorca es El atlas de las nubes, de las hermanas Wachowski, con 2 horas y 52 minutos.