El ensayista, crítico literario y profesor mallorquín Nadal Suau, posa este martes tras ganarel 51 edición del Premio Anagrama de Ensayo, dotado con 10.000 euros. | Alejandro García / Efe

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«¿Por qué nos tatuamos?», se pregunta Nadal Suau (Palma, 1980), una cuestión aparentemente sencilla que, sin embargo, esconde tras de sí un entramado de razones más o menos complejas. De hecho, el escritor y crítico literario luce una veintena de ellos en su cuerpo. «Me encantan, pero quería ir más allá de eso. ¿Cómo se han llegado a convertir en una moda e incluso un fenómeno, a la vez que es tan corriente que se ha normalizado?», plantea en Curar la piel. Ensayo en torno al tatuaje, un texto que le ha valido el 51 Premio Anagrama de Ensayo –dotado con 10.000 euros–, siendo el segundo mallorquín en ganarlo, después de que lo hiciera Carme Riera en 1988 con La Escuela de Barcelona. La obra, que se ha impuesto entre los 113 aspirantes, llegará a las librerías el próximo 25 de octubre.

«Curar la piel parte del preguntarse por qué nos tatuamos tanto, puesto que no hace tanto, unos veinticinco años, incluso estaba mal visto. De la gente tatuada se decía que eran macarras, era casi como un estigma», señala el autor, que articula esas cuestiones a través de cinco tatuajes que él mismo tiene: un escarabajo, una golondrina, una sibila, una bruja y «un dragón enorme en la espalda cabalgado por una amazona». «Cada uno de ellos es una puerta para hacer una pregunta o plantear un tema relacionado con los tatuajes», añade.

Portada 'Curar la piel'
Portada de 'Curar la piel', que llegará a las librerías el 25 de octubre.

De esta manera, cuenta, «me pregunto si tal vez un tatuaje sirve para llenar un vacío que han dejado los rituales, para suplir la carencia que tenemos de ritos». O, por otra parte, «si no hay cierta gentrificación en los tatuajes». «Siempre hablamos de gentrificación urbanística, pero los tatuajes son una marca cultural de minorías y el hecho de que gente de clase media, como yo, o de clase alta se tatúe también puede considerarse así. De hecho, hay tatuadores que cobran una millonada», razona.

Estos aspectos, continúa, conforman la parte más social y política, pero sin duda también hay una parte más privada e íntima, algo inevitable porque «cualquier relación con los tataujes tiene un punto de intimidad». En su caso, además, establece «una especie de diálogo con mi padre, que era un hombre que precisamente creía que tener un tatuaje era de una persona macarra. Por otro lado, me tocó vivir su muerte durante la escritura de este ensayo, algo que se sumó a otras crisis afectivas y de vínculos. Todo eso también se refleja en el libro, aunque he intentado, como siempre hago cuando escribo algo confesional y autobiográfico, que fuera una excusa para hablar de algo colectivo», declara.

En este sentido, reconoce que «me gustaría pensar que no me miro el ombligo y que son cosas que todo el mundo puede entender. No solamente gente que vaya tatuada, porque no es una historia sobre los tatuajes. Aunque, lógicamente, te tienen que interesar o atraer, aunque sea mínimamente. A cualquiera que tenga un poco de curiosidad por el fenómeno o por pensar en el mundo contemporáneo desde un punto de vista inusual le podrá interesar».

Trayectoria

Entre las últimas publicaciones de Nadal Suau figura El viaje pendular (Wunderkammer), la cuidada y personal antología que llevó a cabo el año pasado de los textos de Cristóbal Serra, coincidiendo con el centenario de su nacimiento y los diez años de su muerte, y Parroquianos, un libro con fotografías de Alejandro Maestro y textos del escritor.

Además, Nadal Suau también es editor del sello H&O, con el que en 2021 publicó El matrimonio anarquista junto a su entonces pareja, la también escritora Begoña Méndez. En una entrevista a este periódico, señaló que «casarse es como tatuarse. Me tatúo porque perdí a mi madre, porque quiero recordarla para siempre. Me casé porque es un momento importantísimo de nuestras vidas, como lo ha sido el encontrarnos y queremos decírselo al mundo».

En 2019 publicó la novela Temporada alta (Sloper), un «libro sobre la ciudad de Palma» en la que mostró Ciutat a través de sus «calles y dinámicas de poder, sus focos de resistencia y las personas que la habitan, las toneladas de basura que la decoran en temporada alta, el balconing como poema distópico». También es autor de los títulos Parapetos. Crítica literaria y cultural (2004-2008), San Francisco —en colaboración con el ilustrador Pere Joan— y también el libro-entrevista José Carlos Llop: una conversación —coescrito con Daniel Capó.