Björn Spaude, Pablo Mielgo, Pedro Vidal, Jaume Bauzà, Alexandre Pereyra y Diego Carreño. | Teresa Ayuga

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Las obras de la futura sede de la Orquestra Simfònica de les Illes Balears, La Caja de Música, avanzan «más lento de lo que desearíamos, están al cuarenta por ciento, debido a diferentes retrasos que nos hemos encontrado, aunque nuestra idea es inaugurarla cuanto antes, en cuanto sea posible». Lo ha dicho este viernes el conseller de Turisme, Cultura i Esports del Govern, Jaume Bauzà, durante una visita institucional a las instalaciones a la que estaba prevista la asistencia de la presidenta Marga Prohens, quien finalmente se ausentó debido a una «emergencia familiar».

Sí asistieron, entre otros, el director general de Cultura, Pedro Vidal; el director artístico de la Fundació Orquestra Simfònica, Pablo Mielgo; el arquitecto Diego Carreño; así como Klaus-Michael Kühne, junto a su esposa Christine Kühne y otros representantes de la fundación que lleva su nombre, que aporta capital privado a este proyecto junto a Fundatur.

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Un momento de la visita, con Klaus-Michael y Christine Kühne, y el conseller Bauzà en primer plano.

Juntos recorrieron algunos de los espacios de La Caja de Música, empezando por la entrada principal, a la cual se accede desde la calle Brotad, siguiendo por la sala del auditorio y el pasillo de camerinos, y en la primera planta contemplaron las oficinas, las salas de ensayo y la sala de música de cámara, donde el concertino de la orquesta, Smerald Spahiu, ha interpretado dos obras para la ocasión.

Pablo Mielgo aseguró que será el «equipamiento más importante de Balears y el único que unirá las cuatro islas» y celebró que «también estará abierto a otro colectivos y asociaciones de la ciudad». Por su parte, y en representación de la Fundación Kühne, Björn Spaude, celebró que la Simfònica por fin vaya a disponer «de un edificio de esta magnitud y calidad».

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