Algunos de los miembros del colectivo Escena 101, que quieren abrir una sala de impro. | VIRGINIA FOTOGRÁFICA.

TW
3

La improvisación es una forma de hacer teatro en la que se crea una historia sin un guión preestablecido. En la Isla no hay ninguna sala dedicada a este género, sin embargo hace poco el colectivo Escena 101 lanzó un crowdfunding para que así se pueda fundar la primera estancia del mundo autogestionada por diferentes grupos de dramaturgia. El proyecto está formado por cinco compañías de improvisación y se va ubicará en la zona de la Plaza de Toros de Palma.

«La campaña estará activa durante el mes de septiembre y nuestro objetivo es alcanzar 5.000 euros para poder reformar la sala, añadir un escenario, pintar las paredes y, en general, cubrir los primeros gastos iniciales», justifica Diego Ingold, uno de sus impulsores, aunque por otra parte «también daremos una serie de recompensas, para que la gente se anime a hacer pequeñas donaciones a la causa, entre los premios se encuentran abonos a los diferentes teatros de Mallorca o invitaciones a ver las funciones».

El colectivo Escena 101 está formado por Monstruas, Impro Camaleónicos, Olvídalo Todo, Mutis Impro y Visitas Impro. Su objetivo es «dar cabida a todos los estilos de improvisación, ofrecer una gran variedad de propuestas y, también aprovecharemos para organizar todo tipo de eventos, muestras, talleres, encuentros y fiestas», indica Ingold entusiasmado.

Creativo

De hecho, el actor y agitador cultural siempre se ha sentido muy atraído por la escena y la improvisación, así fue como surgió la idea de crear un espacio creativo para poder llevar a cabo esta práctica. «Nos tuvimos que unir diversas compañías para que esta forma de hacer teatro tan única como especial surtiera efecto entre la sociedad mallorquina», comenta Ingold.

«Una de las cosas más curiosas que hacemos y que nos parece que va a enganchar a mucha gente, es que los espectadores que asistan a ver las obras de teatro podrán apadrinar una silla y esa siempre será la suya si acuden más veces a la sala», concluye Diego Ingold, también docente en el mundo de la improvisación.