El director artístico del Festival Cap Rocat, Ilias Tzempetonidis. Foto: LUCIANO ROMANO

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«Mallorca se merece un festival de esta categoría, y lo más importante es que los mallorquines lo hagan suyo». Son palabras del reconocido Ilias Tzempetonidis, director artístico del Festival Cap Rocat, que arranca este viernes con la ópera Cavalleria Rusticana en versión concierto y se prolongará hasta el domingo con un total de tres veladas protagonizadas por artistas de primer nivel internacional y en donde también estará presente la Orquestra Simfònica de les Illes Balears y su batuta titular, Pablo Mielgo.

¿Qué es lo más importante para usted de este festival?
—Para mí lo mas importante es que Mallorca reciba a estas estrellas en Cap Rocat, que es ya un lugar muy idóneo para acoger durante tres días un festival de música que año a año se irá consolidando. Y, sin duda, la ópera Cavalleria Rusticana, que abre los tres días de festival con la gran Elina Garança, será una noche inolvidable

Es casi mágico lo que ha conseguido junto a Pablo Mielgo y Antonio Obrador.
—No creo en los milagros, creo en el trabajo y en la pasión. Es verdad que hemos conseguido junto a toda la familia Obrador que sea posible que venga gente de todo el mundo a disfrutar en el festival. El límite es el cielo y Mallorca se merece un festival de esta categoría, y lo más importante, que la gente local, los mallorquines, lo hagan suyo, que acudan a disfrutar de la música en un lugar único. Sin duda la orquesta que dirige Pablo Mielgo aporta excelencia, y es un gran apoyo, pero fíjese que Elina Garança pisará la Isla por primera vez en su vida para estar en este festival. Es verdaderamente un lujo y es maravilloso que con artistas de tanto nivel podamos acercarnos a los mallorquines. Es un proyecto muy ambicioso.

¿Algo así se puede hacer sin ambición?
—No, rotundamente no. Hay que ser ambicioso, apasionado y saber qué es un trabajo duro conseguir algo así. Mi experiencia profesional, en la Escala de Milán, en Múnich, en París y ahora en Nápoles ha sido posible porque artísticamente soy muy ambicioso. Toda esta experiencia me ha acercado a los artistas y me ha permitido trabajar en proyectos muy ambiciosos. La ambición es necesaria, pero tiene que estar destinada a algo que valga la pena, no por el dinero, ni por la fama. Para crear se necesita ambición.

¿Cuándo nació su pasión por la música?
—Escuche en la radio Medea por Maria Callas. Era un niño, pero recuerdo perfectamente lo que sentí a través de la música y lo que transmitía. Algo sucedió en mí que hizo que quisiera saber más de eso tan grande que había sentido gracias a la voz humana. La voz humana es lo que nos acerca a Dios. Para mí, la voz humana en las creaciones de los genios, como Wagner, Donizetti o Mahler, no necesita pasaporte para viajar por todo el mundo y se entiende por igual en España y en Japón. Me siento orgulloso de poder acercar la voz humana y que en otros produzca ese mismo sentimiento que sentí de niño.

¿Cómo logra transmitir ese sentimiento al público?
—Cap Rocat es un resort único en el Mediterráneo que ha sido posible gracias a la visión de Antonio Obrador, que ha querido unirlo al arte. Es un lugar unido a la cultura, al arte y es gracias a la visión de un mallorquín que quiso crear algo único que no se parece a lo que ocurre en el festival de Salzburgo o el de Baden Baden, que también se celebran durante el verano. Nuestra ambición es que con el apoyo de los mallorquines este sea el gran evento artístico del verano en España. Para que el publico mallorquín sea el verdadero impulsor hemos puesto a la venta entradas con un precio asequible, para que nadie se sienta excluido. No es un festival dirigido al turista, aunque son bienvenidos, es un festival dirigido a los que son o viven aquí. Esa es la única verdad, que ha sido creado para los locales porque son ellos los que lo harán perdurable. Los artistas que vienen o han venido ya se han convertido en embajadores de esta isla maravillosa, porque se empieza a hablar de este festival en los centros de cultura de todo el mundo y eso es gracias al mensaje que trasladan los artistas de manera espontánea cuando hablan de allá a donde van.

¿La música se escucha, se entiende diferente en Cap Rocat, que no es un teatro al uso?
—Me gustaría mucho poderle contestar a esa pregunta después de esta edición, después del primer festival, después de haber vivido la primera experiencia se lo podré contar como es debido. La experiencia el año pasado con Sondra Radvanovsky fue excepcional.

Imagino que ya están pensando en el festival del año que viene.
—No sólo en el del año que viene, pensamos en los de los próximos años. Nuestra filosofía es ir creciendo. Mallorca está ya en el top de los lugares más bellos del mundo, el presente Festival de Cap Rocat supera a lo mejor de lo mejor y se ha de convertir en una referencia cuando hablemos de festivales, y ya lo es porque no es un lugar común asociado a la música, es muy diferente a un teatro de ópera.