El actor mallorquín Toni Gelabert, que triunfa en Argentina con una popular telenovela. | R.C.

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Toni Gelabert llega tarde a nuestra cita. Diez minutos pasados la hora acordada recibo un mensaje suyo: «Perdona, ahora me conecto». Toni está en Buenos Aires, donde ha interpretado a Antonio Salvat en la telenovela Argentina: tierra de amor y venganza, y esta entrevista transcurre a través de una videollamada un día de mayo. Al poco rato se conecta y confiesa haberse quedado dormido. Este pequeño percance se olvida fácilmente gracias a la simpatía de Toni, que se muestra sonriente y hablador durante nuestra conversación, incluso habiéndole sacado de la cama.

Parece que la interpretación ha formado parte de la vida de Gelabert (Manacor, 2000) desde pequeño: «Con seis años empecé en la Mostra de Teatre Escolar, pero desde los cuatro me hacía vestidos con mi prima, montábamos una obra y la representábamos delante de la familia después de la comida dominical. Ahí es cuando empecé a crear un personaje y a pasármelo bien». A los 15 años grabó un cortometraje, que describe como «un experimento, todos éramos novatos», y a los 17 le llegó la audición para la serie de IB3 Amor de cans. Seguidamente se metió en la piel de Aladdín en el Auditori de Manacor. Según cuenta, «una cosa llevó a la otra» y en 2018 se subió a las tablas bajo la dirección de Miquel Ángel Raió.

Temporada

Ahora, a los 23, ha emigrado a Buenos Aires para participar en la segunda temporada de Argentina: tierra de amor y venganza. Cuando le pido que me cuente cómo le llegó el personaje de Antonio Salvat la cara se le ilumina: «Estaba en Madrid porque había comenzado a estudiar Arquitectura y me llamó mi representante y me dijo que había un papel para una telenovela en Argentina, si me interesaba. Le dije que sí. Me comentó que tenía que preparar una escena con un actor o actriz. Me conecté por videollamada para hacer la audición y cuando dije que una amiga me ayudaría resultó que tenía que ser un chico». La situación se resolvió gracias a su compañero de piso, que se prestó a darle las réplicas. «Empezó a leer con pausas y diciendo mis frases», recuerda Gelabert, «pero al final salió bien y creo que les gustó que lo pudiera arreglar». Y cómo fue la llamada en la que le dicen que el papel es suyo, pregunto: «Estaba en Plaza España, me puse a chillar y saltar como si no hubiera nadie. La gente me miraba, pero me daba igual, estaba tan feliz».

Argentina: tierra de amor y venganza (disponible en YouTube) transcurre después de la última dictadura militar del país, condicionando la trama. Toni explica que se representan los años 80 de manera verídica: «Lo que se cuenta está basado en hechos reales, como la vuelta a la democracia, la violencia de género, los capocómicos y las vedetts, la primera marcha del orgullo…». Entre risas añade que «ahora mismo sé más de la historia de Argentina que de España». Salvat tiene 24 años y está locamente enamorado de su amigo Segundo Machado, un chico de familia bien en la que la homosexualidad está prohibida. Huyendo de la situación política, Salvat se exilia a España hasta que siete años después vuelve a su tierra natal para reencontrarse con su madre y Segundo.

Catalán

Curiosamente, Toni consiguió incorporar la canción L’hora del adeus a la ficción argentina: es en una escena en la que el elenco canta para despedirle y «por motivos de derechos de autor, en el rodaje no pudimos usar la canción del guion. Yo les dije que sabía una en catalán. Les hizo gracia porque Antonio se exilió a Barcelona. Fue una experiencia enseñársela, pero quedó bien».

Sobre su futuro, Gelabert me cuenta que ha estado grabando un largometraje en Argentina y que tiene un papel en la próxima película de Marcos Callejo, también mallorquín. Dice que en Argentina se encuentra cómodo y ha encontrado a su familia argentina, pero que a veces echa de menos sa roqueta. «Me hace falta la conexión con la naturaleza y la tranquilidad que hay en Mallorca. Me gusta ir al mar, a la montaña o al campo con mi abuelo». ¿Entonces? «No siempre Mallorca, no siempre Argentina y no siempre Madrid. Básicamente, donde haya trabajo voy».