David Bisbal arranca en Mallorca su nueva gira. | Laura Becerra

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Era la primera parada, así que había que darlo todo. Y así fue. David Bisbal prendió la mecha de su esperado Estoy Vivo Tour 2023 en Mallorca gracias al ciclo veraniego Es Jardí que inauguró sus fechas con la enérgica presencia del almeriense, quien impregnó con su incombustible fuerza e inconfundible voz la primera cita. Las ganas se dejaban notar desde la apertura de puertas, ya que había muchos que llevaban meses esperando el momento. Los había de todas las edades, desde niños hasta no tan niños, alguna pareja alemana que no se quiso perder al cantante andaluz y hasta quien llevaba pelucas de rizos dorados que no pasaron desapercibidos a Bisbal, que les llamó, como no podía ser de otra manera, «¡máquinas!».

Así pues, 4.000 almas pudieron escuchar por primera vez en directo algunas de las melodías más recientes del extriunfito, en el Antiguo Aquapark de Calvià como Ajedrez, que fue justamente la que arrancó la noche. Magaluf fue, pues, el escenario de una comunión que arrancó ya entrada la noche, con el sol escondido tras las montañas y dando un respiro tras un sofocante día para desatar la locura y alegría de un público entregadísimo a la melódica voz de Bisbal que hizo las delicias de los suyos al ritmo de hits como Tú me delatas, una de esas nuevas creaciones, pero también de viejas conocidas como La Torre de Babel, Ángel de la noche o Te quiero.

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De esta manera, Bisbal hizo gala absoluta de su característica energía, como un cohete de depósitos inagotables, y se metió a todos sus seguidores en el bolsillo con las primeras palabras de la velada: «¡Qué alegría empezar una gira y qué emoción ver la cara del club de fans de gente de hace 20 años!». Su cercanía rompió la distancia entre escenario y público, a los que obsequió con temas nuevos que esperaba «que gustaran», aunque es apuesta segura para un artista que cuenta con tantos éxitos como popularidad, siendo probablemente uno de los más queridos de nuestro país dando por igual momentazos reconvertidos en memes como temazos que no dejan de sonar en las radios.

Y sí, anoche hubo 'máquinas', expresión que el artista ha ayudado a inmortalizar con su buen humor y simpatía, pero más allá de la esperada coletilla del momento (una hija más de la cultura twittera en la que vivimos), Bisbal ofreció una lección de manejo del escenario y demostró que –si se me perdona el chascarrillo fácil– es todo un máquina.

Y la noche cerró por todo lo alto la primera cita con Es Jardí (cuya siguiente parada será el 25 de junio con OBK y Children of the 80s) y con Mallorca como privilegiado testigo de la primera parada del esperado tour de Bisbal, que le llevará por toda la geografía nacional y seguramente América Latina corroborando que además de la simpatía personificada, Bisbal es también profeta en su tierra.