Mont Plans y Oriol Genis, en una escena de 'Cadires'.

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La veterana y reconocida actriz catalana Mont Plans (Artés, Barcelona, 1948) recala este fin de semana en el Teatre del Mar con la obra Cadires, en la que comparte cartel con el actor Oriol Genis. Plans es una veterana de la escena en Catalunya, una cara muy reconocible para el gran público por su trabajo con la histórica compañía La Cubana y muchos otros proyectos. Cadires se representa este viernes (20.00), sábado (20.00) y domingo (18.00) en el espacio escénico de El Molinar.

Visita el Teatre del Mar con Cadires. ¿Qué puede avanzar de este espectáculo?

Es un espectáculo que tiene mucho de ‘meta teatro’, no es una obra de teatro al uso. Es un espejo entre la realidad y la ficción. La realidad es que son dos personas mayores que intentan explicar una historia al público. Es la vida real llevada al teatro, todo lo que se explica es verdad en un setenta u ochenta por ciento. Hablamos de nuestros sentimientos, los que sentimos para tirar adelante esta obra, porque mucha gente piensa que cuando ya tienes una edad no hace falta que hagas nada más y que te jubiles.

¿Es una pieza dramática?

No es dramática al cien por ciento, porque está explicada con gracia, en el guion somos nosotros mismos y tiene partes muy irónicas, otras divertidas, tiernas… El final es muy emotivo.

¿Qué relación tiene usted con Mallorca?

Tengo muchos amigos en la Isla. Y al Teatre del Mar le tengo un especial cariño porque ha acogido mis obras, las mías. Creo que la última vez que lo visité fue hace tres o cuatro años con la obra Sembla que rigui. Estuve tres días y el público llenó la sala. Me gusta venir poque la gente del Teatre del Mar me encanta. El público es especial también porque están acostumbrados a ver propuestas que no gustan a todo el mundo y disfrutan con todo tipo de teatro.

Cadires reflexiona sobre la vejez y el paso del tiempo. ¿Cómo afronta un personaje así?

Se afronta no creyendo en cuando te dicen que ‘a los 60 ya eres mayor y a los 65 te retiras y te jubilas’. Jubilarse viene de júbilo, que es disfrutar, pero retirarse es renunciar, y yo no renuncio. Yo pronto cumpliré 75 años y tengo las mismas ganas, la energía, las fuerzas y, sobre todo, la misma ilusión que cuando tenía 50. Es decir, se afronta no escuchando lo que te dice la normatividad.

¿Cómo se asimila que uno está envejeciendo?

No nos podemos engañar, el cuerpo no es el mismo. Uno cree que es joven y cuando te miras a un espejo te das cuenta de que no eres igual que cuando tenías 40 o 50. El cuerpo duele cuando uno se levanta, son avisos de tu propio organismo; pero la cabeza sí está bien y hay que hacer más ejercicio físico para llegar hasta donde quieras llegar. Cada uno lo afronta de manera diferente y yo lo hago mirando hacia adelante. Cada uno puede elegir, yo sigo trabajando, pero escoger no hacer nada también es fantástico.

Ha comentado en entrevistas que es complicado encontrar papeles para una actriz de cierta edad. ¿Le ha ocurrido a usted?

En realidad hay pocos papeles tanto para nosotras como para ellos, aunque los hombres maduros pueden optar a más papeles, pueden ser ‘chicos malos’ que se lucen. Una mujer ya hace de abuela a los 50 y ahora hay pocos papeles tanto en teatro, cine o televisión. Eso sí, hay gente mayor que hace rafting y sube montañas. Otros tienen que ir a vivir a residencias y algunas veces ocurren cosas muy tristes allí. De eso no se habla, o se habla poco o de manera grotesca.

En este espectáculo trabaja un papel dramático. ¿Cree que tiene un estigma como actriz cómica?

Me considero actriz, que es de lo que vivo desde hace 40 años. He tenido papeles divertidos y otros más dramáticos; he montado obras de teatro, de hecho la última la traje a Palma y giraba en torno a una mujer que estaba muerta.

Es imposible desligar su nombre de la compañía La Cubana, que ya supera los 40 años de trayectoria. ¿Qué balance hace de su trabajo?

Yo estuve en La Cubana en dos periodos, me sumé poco después de que la compañía se fundara y estuve diez años; luego regresé otros cinco años. En la primera etapa fue cuando más aprendí, era más joven, rompes con la rutina y parece que estás en otro mundo. Éramos como una gran familia, pasábamos muchas semanas y meses juntos. Así entré en el mundo teatral y guardo muy buenos recuerdos.

A estas alturas de su carrera, ¿hay algo que le queda por hacer o le gustaría?

Lo mío es el día a día, no puedo pensar mucho en el futuro pero siempre hay proyectos. De eso habla Cadires, de sacar adelante tus proyectos a pesar de la situación, de la edad y de todos los problemas. Y tengo la suerte de hacer junto a un actor maravilloso como es Oriol Genis.