El director Miquel Àngel Raió (centro) se ha volcado en contar esta historia familiar.

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El equipo de la película La boca blava celebraba hace unos días, a orillas del río Daugava, en Riga (Letonia), el fin del rodaje de una producción que ha contado con 25 días de grabación y varios años de trabajo. La película se ha filmado en Rusia, Letonia, Marruecos y Mallorca.

La historia cuenta las vicisitudes de la juventud de un mallorquín, abuelo del realizador Miquel Àngel Raió (Inca, 1973), a partir del diario que escribió durante su etapa como soldado en un cuartel español en el Rif de Marruecos en 1942, donde relataba las dificultades extremas con las que se encontró, su traslado a Rusia, su recuperación en Riga y el regreso a Mallorca.

«Mi abuelo llegó forzado a luchar con la División Azul contra los rusos, después de una serie de circunstancias muy desafortunadas que le sucedieron en Marruecos», contó Raió. En Riga, el realizador grabó en un tren letón a la actriz Conchi Almeda, en el papel de la nieta del protagonista, que lee su diario y reconoce los lugares donde sufrió diversos episodios de la Segunda Guerra Mundial.

Miquel Rayó llegó a Rusia en septiembre de 1943, después de atravesar Francia y Alemania. A finales de ese año, fue movilizado. «La situación se convirtió en un infierno, los capitanes desparecieron, había muertos por todas partes, mi abuelo desfalleció el 1 de febrero de 1944, lo llevaron a Riga tres días después, donde permaneció en un hospital varias semanas, antes de emprender un largo regreso hasta Mallorca, con llegada a la isla el 1 de abril de 1944», apuntó Raió.

Una parte del rodaje sucede en el hospital, actualmente en ruinas y ubicado en el barrio del gueto de Riga. Un vecino de edad avanzada que se dio cuenta de la filmación quiso acercarse a Raió y Almeda, y explicarles sus vivencias. Los alemanes ocuparon Riga en el verano de 1941, aprisionaron en guetos a miles de judíos y destruyeron a la comunidad judía. Riga fue liberada en 1944.

El director desveló que «en un momento del montaje parecía que la película podía terminar en Rusia, pero localizamos el hospital de Riga, conseguimos el contacto y los permisos de rodaje, y decidimos ir porque tenía sentido aportar este episodio», y añadió que «hace unas semanas filmamos en Mallorca el principio y el final de la película, que es un viaje de Conchi (Almeda) en busca de la memoria del padrí Miquel».

Reflexión

«La película representa un alegato y una reflexión sobre las guerras», declaró Raió, quien rodó una escena en los exteriores del Museo de la Ocupación de Riga, donde se muestran documentos sobre los periodos en los que Letonia fue invadida por la Unión Soviética y la Alemania nazi. La película combina diversos géneros audiovisuales, ya que incorpora elementos documentales y, a su vez, narrativas cercanas al video arte. Grabada en digital, incluirá escenas filmadas con una cámara de película Super 8 mm.

«Una vez más, como ya pasó en Rusia y Marruecos, el impacto emocional al conocer los lugares donde estuvo mi abuelo, a quien admiraba, ha sido mayúsculo, por ciudades de las que tanto oí hablar de niño», aseguró Raió, quien concluyó que «esta película supone incorporar mi mirada a sus vivencias».
En la producción del filme participa IB3 y cuenta con el apoyo del Consell de Mallorca y del Institut d’Indústries Culturals de Balears del Govern (ICIB).