Kika Coll, Bel Busquets, Andreu Ramis y Miquel Frontera, este miércoles en La Misericòrdia.

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Un equipo multidisciplinar ha iniciado los registros audiovisuales para elaborar el inventario del patrimonio de cultura inmaterial de Mallorca, un catálogo de fiestas, músicas, representaciones, oficios artesanos, gastronomía y otros actos tradicionales populares que incluirá 600 manifestaciones.

Los antropólogos, historiadores, filólogos y el resto de la decena de especialistas que realizan el proyecto, encargado por el Consell de Mallorca a la empresa navarra Labrit por 300.000 euros, han documentado desde que comenzaron la tarea el 1 de enero de este año 43 manifestaciones de las 140 que tienen programadas este año.

El trabajo, que desarrollan profesionales mallorquines bajo la dirección de Andreu Ramis, está contratado para dos años prorrogables por un periodo similar y el propósito del Consell, según ha destacado en rueda de prensa su responsable de Cultura, Bel Busquets, es que las fotografías, grabaciones y fichas estén «a disposición de los mallorquines» en un «alojamiento público».

La vicepresidenta insular ha destacado que programa de cuatro años se ha organizado por áreas geográficas y ha comenzado en Palma y el Llevant de Mallorca, donde se han registrado, por ejemplo, el Cant de la Sibil·la de Capdepera, fiestas de Sant Antoni en Capdepera, Sant Llorenç, Son Servera, Artà y Muro, y la elaboración de los senyorets de Sant Blai y la greixonera dels darrers dies en Sant Llorenç.

MISA DEL GALLO CON EL CANTO DE LA SIBIL.LA Y LAS MATINES EN LA CATEDRAL DE PALMA
El 'Cant de la Sibil·la' forma parte de este catálogo.

Ramis ha explicado que el inventario es una obligación del Consell de Mallorca establecida en la Ley de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2019, que fijaba un plazo de un año para poner en marcha la elaboración del catálogo. Esta norma determina también, de acuerdo con los estándares internacionales, qué manifestaciones culturales tienen la consideración de patrimonio, una calificación que, ha manifestado el especialista, requiere como condición básica la transmisión intergeneracional.

Ramis ha aclarado que la inclusión en el inventario no conlleva un régimen de protección para la manifestación cultural tradicional que se registre, «pero conocer es el primer elemento de salvaguarda», ha enfatizado.

El otro coordinador del proyecto, Miquel Frontera, responsable de las tareas audiovisuales, ha explicado que cada manifestación se documenta con fotografías y vídeos, que deben ser descriptivos y de calidad, y entrevistas a los «portadores», que es como se denomina a los protagonistas de los actos.

Ramis ha hecho hincapié en la importancia que tiene para el buen resultado del proyecto la implicación de los «portadores», que no solo son quienes ejecutan y preservan las manifestaciones culturales, sino que son «los responsables de transmitirlo a las generaciones futuras».

Una vez completados este año los trabajos para registrar las 140 manifestaciones que se quieren documentar en Palma y los municipios del levante, está previsto que en 2024 se aborden las del poniente y el norte, en 2025 el noreste y el centro del Pla, y en 2026 el Migjorn y el área de poniente de la comarca del Pla.