Ángel Cubero y Dimas Frías le ha acompañado en este pequeño concierto en acústico. | Clara Ferrer

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Con Crystal Clear arranca el disco Heavenly Hell y con este también han querido comenzar L.A. su viaje en el tiempo, concretamente a catorce años atrás, cuando veía la luz por primera vez este debut tan aclamado y celebrado de la banda. Luis Alberto Segura, acompañado por sus inseparables Ángel Cubero (bajo) y Dimas Frías (batería), han brindado este viernes por la tarde en un Espai Xocolat abarrotado un breve, pero intenso paseo por la memoria.

«Maldita nostalgia», comentaban algunos de los que han tenido la suerte de poder conseguir un buen sitio en este pequeño concierto en acústico para celebrar el lanzamiento de una edición de lujo de Heavenly Hell, ahora por primera vez disponible en vinilo, y que incluye algunas canciones inéditas y tomas alternativas.

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«Es muy común decir que es un placer, pero realmente hoy es especial porque volvemos a un disco que presentamos aquí mismo», ha recordado Luis Alberto Segura, quien ha reconocido que «después de meses de buscar canciones y volver al pasado incierto e increíble que vivimos, tan único, ha sido una experiencia increíble. Hoy se cierra un circulito».

Tras Crystal Clear llegaría la canción de amor Elizabeth y la aclamada Hands. Después, la banda paraba los relojes con uno de sus temas más famosos: Stop the clocks. Antes de empezar, Luis Alberto Segura ha explicado que tenía problemas con la guitarra, que sufría las humedades de Cala Blava -donde reside-, debido al brusco cambio de temperatura, ahora en un asfixiante Xocolat en el que no cabía ni un alma.

La canción más coreada no fue suficiente y el público le ruega un bis, a lo que la banda responde con un tema ineludible: Perfect combination. Ahora sí llegaba el momento de la firma de discos, recién salidos del horno este mismo viernes.