Feliu Renom en el Moll Vell de Palma, que también aparece en el libro ‘Mallorca dibuixada’. | Jaume Morey

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Forastero es, en líneas generales, una palabra malsonante y llena de connotaciones negativas. Sin embargo, Feliu Renom (Béjar, Salamanca, 1951), dibujante y médico jubilado, afirma despreocupadamente que es un «mallorquín de adopción» por «gusto y voluntad» que eligió laIsla para vivir hace ya 45 años. Impulsor de la comunidad Urban Sketchers Mallorca, acaba de publicar lo que es ya su sexto volumen: Mallorca dibuixada (Disset Edició). Lo presentará el jueves 15 de diciembre en Quars Llibres (Parellades, 12). La condición de forastero, de hecho, la que le ha permitido publicar este libro tan personal, sin caer en presiones familiares o de amistades. Por ello, como insiste en el prólogo, la selección de los pueblos que aparecen en este volumen –con cerca de 160 dibujos aproximadamente– es totalmente «subjetiva».

El formato, cuenta Renom, se inspira en los libros de viaje ilustrados típicos del romanticismo, aunque su propuesta tiene precisamente el matiz de no ser un viajero, sino como forastero y «miembro de honor del club de los illòmans sobrevinguts», con maestros como Josep Pla y Laurence Durrell. Así, en el libro se pueden encontrar desde estampas más conocidas y turísticas como Valldemossa o Sóller, pero también otras de localidades menos pintorescas, como Llucmajor o Manacor.

El ritual, detalla el autor, siempre es el mismo: «Encontrar el objeto que atraiga mi mirada, algo que me haga pensar que disfrutaré dibujándolo durante un rato, que puede ser desde media hora hasta casi dos horas». Asimismo, lo más importante, subraya, es conseguir que el trazo sea «original, el mío propio». Y es que para Renom «el dibujo es la base y la línea, el trazo, como la caligrafía, habla de ti y de tu personalidad». En su caso, Renom confiesa que el suyo «procura no ser muy rígido y es un poco brusco, aunque no violento. Intenta ser preciso, pero sin que la búsqueda de la perfección impida mostrar esa espontaneidad».

Otro punto fundamental para el autor es que «no tiene que parecer una fotografía». Por ello, en sus obras no hay cielos y casi nunca aparece el mar, son elementos «ausentes». «No me gusta encuadrarlos, prefiero los finales abiertos. Aunque formo parte del Clúster de Còmic, no soy muy de viñetas. Me gusta que los dibujos acaben donde acabe el papel, el soporte», reconoce.

Dibujo

Renom ejerció como médico especializado en neumología hasta 2015 aunque confiesa que desde siempre le había gustado dibujar. «He disfrutado trabajando como médico, pero cuando me jubilé y pude dedicarme de lleno a hacerlo es cuando me he sentido más feliz». «Un verdadero artista, y no digo que yo lo sea, es el que le importa tanto el arte que no le preocupan el dinero o la fama. Es el que no puede evitar serlo, como Van Gogh, Picasso o, por poner un ejemplo de aquí, Pere Salvà».