Miquel Alzamora presenta ‘1888. El año de Jack’ la tarde de este jueves en Sa Nostra.

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Después de publicar La otra Liga (Balèria, 2021), donde se adentraba en las entrañas de la redacción de Deportes de este periódico, en la que lleva trabajando durante más de 30 años, Miquel Alzamora (Artà, 1972) se atreve ahora con la ficción en lo que es su primera novela: 1888. El año de Jack (Balèria). Alzamora reconoce que «es algo que uno siempre lleva dentro y, como me dijo un buen amigo mío esta semana, el periodismo es una carrera de cien metros que te obliga a ir rápido y ser muy veloz cada día. La novela es un maratón y por lo tanto te permite un registro diferente. Lo importante es adaptarse y la novela me permite pausar el ritmo y ver las cosas de otra manera, masticarlas más». Lo presentará hoy, a las 20.00 horas, en Sa Nostra. Estará acompañado del editor, Guillem Rosselló; el periodista de Sucesos de esta casa Guillermo Esteban y Jaime Mora, también colaborador del diario.

Alzamora recuerda que tras escribir su primer libro, se quedó con ganas de «algo diferente». «Quería que mis protagonistas fueran periodistas y situarlos en un escenario tenso y de presión y, en lugar de ubicarlos en el presente, di una vuelta de tuerca y exprimí un tema que toda la vida he seguido y tenía muy interiorizado». 1888. El año de Jack se inspira en Jack el Destripador, una de las figuras que más ha inspirado a escritores de todo el mundo. En este sentido, el autor afirma que «hay muchas teorías y es difícil ofrecer datos nuevos, pero la novela me permite tomar la realidad y, sin distorsionarla en exceso, intentar ofrecer una idea lo más concreta posible de lo que pudo suceder. Creo que hay teorías muy fantasiosas y pienso que todo fue más terrenal y la sociedad y la prensa crearon un caldo de cultivo del que sacó provecho el asesino de Whitechapel».

Además del asesino, la trama está protagonizada por dos inspectores de policía, tres periodistas sin muchos escrúpulos y un médico con un don especial. «Siempre se pone el foco en los sospechosos y la policía y pocas veces en la prensa de esa época, que tuvo un papel fundamental por muchas circunstancias que voy relatando en el libro». «Es un relato basado en hecho reales. Al escribir novela no creo que tenga ninguna deuda con la realidad, pero he querido respetarla al máximo dotándola de emoción y tensión, pero partiendo de una base cronológica y de muchos protagonistas reales», añade.

Así las cosas, Alzamora admite que «de no ser periodista y no haber vivido años intensos en Ultima Hora y de no haber aprendido todo lo que aquí he aprendido no podría haberla escrito nunca». «La diferencia entre antes y después está en la tecnología porque, por lo demás, siempre ha prevalecido a la búsqueda de la noticia, la adrenalina que te crea darla primero y la decepción si te pisan una historia. De eso va en gran parte este relato. En cierta manera esta novela es un homenaje a los periodistas del papel», aclara Alzamora, quien tiene como referentes a Allan Poe, Lovecraft, Conan Doyle, Mary Shelley, Bram Stoker, Vázquez Montalbán, Agatha Christie, Henning Mankell, Gómez Jurado y Jo Nesbo, entre muchos otros.