El artista Lluís Vidaña posa en la exposición ‘Nomofòbia’ de Algaida. | R.C.

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Sale uno de casa, anda durante varios minutos, llega hasta la esquina de la calle y, de pronto, se da cuenta de que no ha cogido el móvil. A lo mejor solo va a estar fuera de casa un rato o, quizá, son horas, pero en cualquier caso surge la misma pregunta:¿Volver a casa a por el teléfono? La mayoría seguramente regresa porque es casi imposible estar sin el móvil pegado a la mano. Este temor irracional a no tener el dispositivo cerca es conocido como Nomofòbia, que es, también, el título de la propuesta artística que Lluís Vidaña ha montado en el espacio SaPeixeteria de Algaida y que está disponible hasta el 4 de noviembre.

En la muestra, Vidaña, que ha podido llevar a cabo este proyecto gracias al Premi Castellitx de Pintura 2021, se plantea la forma en la que el uso del teléfono altera nuestro comportamiento y, en definitiva, nuestra identidad individual y colectiva, principalmente por su conexión instantánea con las redes sociales y con el estar constantemente activo en ellas.

Reflejo

Así pues, se presenta en la colección un total de siete obras que funcionan como un espejo –incluso literalmente– de la actual sociedad y de la conectividad omnipresente. De hecho, de ella se aprecia una crítica por esa compulsión a estar siempre presentes en y ante las pantallas y de los posibles riesgos que esta actividad puede conllevar.

Soledad. Las obras de Vidaña en esta colección reflejan no solo la esclavitud autoimpuesta por el individuo hacia la tecnología, sino la soledad del usuario que, por estar en redes, descuida su estar en el mundo real.

En este sentido, las obras capturan una variedad de situaciones cotidianas, entre las que predomina, por un lado, el gris y la frialdad del ambiente y, por el otro, los retratos luminiscentes, generando así una dualidad de realidades, la primera, probablemente más próxima a la verdad, mientras que la segunda se acerca a la impostura en las redes sociales, donde todo es siempre colorido y estéticamente perfecto.

La obra de Vidaña, pues, es un intento de romper la dependencia que se tiene de los teléfonos móviles y de todo lo que ellos comportan, como la presencia perenne e inalterable en las redes sociales, e invita a un uso prudente y consciente de los mismos, apelando a la reflexión y el bienestar personal y colectivo.