Ses Voltes acogerá el CAC Palma a partir de septiembre de forma provisional; en 2023 se trasladará a Sa Presó. | Jaume Morey

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La Associació d’Artistes Visuals de les Illes Balears (AAVIB) recibió ayer la noticia de que ha ganado el concurso para dirigir y programar las actividades del nuevo espacio provisional del Centre d’Art i Creació CAC Palma en Ses Voltes. Está previsto que a finales de 2023 este espacio se traslade a la antigua prisión (Sa Presó). El CAC Palma gestionado por la AAVIB contará con un espacio para actividades y reuniones, dos estudios para artistas en residencia, una oficina y un área de trabajo intermodal. La propuesta estructural del proyecto procurará proteger y respetar el edificio patrimonial construido entre 1771 y 1801, informó ayer la AAVIB en un comunicado.

Respecto a la programación, todos los artistas, proyectos y actividades serán «cuidadosamente seleccionados imponiendo la calidad artística y técnica». Asimismo, la calidad de los proyectos imperará sobre «nombres consagrados o de moda». Así lo explica el presidente de la patronal, Alex Ceball: «El CAC debe ser un semillero de talentos. Su reputación, construida en base a nuevos artistas de primer nivel, que su paso por el centro sea un espaldarazo definitivo para su proyección artística y sus carreras profesionales».

Coordinación

Sobre el organigrama de este espacio artístico, la dirección general del CAC Palma quedará a cargo del propio Ceball, mientras que la coordinación general será asumida por el artista visual y director del Espai Sant Marc de Sineu, Marcos Vidal. Respecto a la elección del nuevo coordinador general, Ceball señala: «Vidal ha sido elegido por la comisión ejecutiva de la AAVIB para llevar la coordinación general y programación del CAC después de haber estudiado su currículum y trayectoria profesional. Su nombre fue votado y electo democráticamente y me alegra, porque creo que el CAC estará en manos de una persona plenamente capacitada, con experiencia probada, que conoce las necesidades de los artistas no solo como gestor, sino también como artista, trabajando in situ con los materiales y las herramientas. Le doy la bienvenida y por supuesto, cuenta con todo nuestro apoyo institucional y el mío personal».

El CAC de la AAVIB contempla además, que sus actividades y proyectos puedan ser extensibles a los barrios más desfavorecidos de la ciudad. «El arte tiene una obligación moral con la sociedad, especialmente con los más postergados. Debe ser una máxima del CAC echarles una mano, ayudarlos y mejorar sus vidas, a veces vidas tristes. Es una cuestión de decencia», concluye Ceball.