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Las puertas del Monestir de Santa Elisabet de Palma, conocido como Sant Jeroni, se abrieron este viernes para celebrar el triunfo de «la verdad» ante las «agresiones indebidas» del Bisbat de Mallorca. Un pleito de más de siete años por la propiedad del convento entre las monjas jerónimas y la citada institución eclesiástica que se ha saldado con una victoria «contundente» para las religiosas, tal y como informó Ultima Hora este miércoles en primicia.

La letrada de las monjas, Pilar Rosselló, citó este viernes por la mañana a los medios de comunicación, ante una gran expectación, para explicar y ofrecer todos los detalles de la sentencia favorable del Juzgado de Primera Instancia número 9 de Palma que reconoce a las monjas como propietarias del Convent de Sant Jeroni.

Al acto asistieron Sor Ángeles Sanz Rodríguez, presidenta de la Federación de Monasterios de Monjas Jerónimas de Santa Paula y priora del monasterio de Palma; Enrique Trigueros, abad del Monasterio de Oseira y asistente religioso de la Federación Jerónima de Santa Paula; sor María Rosa Padamattummal, priora del Convento de Yunquera (Guadalajara); Pere Terrassa, técnico director del mantenimiento y conservación de Sant Jeroni desde 2016 y designado por las jerónimas ante las instituciones competentes; y, de manera telemática, Faustino Martínez, catedrático de Historia del Derecho de la Universidad Complutense de Madrid y perito actuante en el procedimiento judicial.

«Al final se ha hecho justicia». Con estas palabras ha iniciado su intervención la abogada Pilar Rosselló, quien ha añadido: «Las monjas han visto reconocido sus derechos de propiedad sobre el monasterio de Santa Isabel de Palma [Sant Jeroni], que han poseído en concepto de dueñas y donde han habitado de manera ininterrumpida desde 1485 hasta su traslado a Inca en el año 2014». Se trata, sostuvo la letrada de las jerónimas, de «monjas que nunca salieron de este monasterio, ni por los procesos de desamortización del siglo XIX ni cuando una bomba cayó sobre el convento durante la Guerra Civil, que mató a dos hermanas».

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Para sor Ángeles Sanz, priora de Sant Jeroni y que ha viajado hasta Ciutat desde Guadalajara expresamente para esta convocatoria, estos «larguísimos» años de pleito han supuesto un proceso «muy doloroso» y de «una incomprensión total». La priora ha celebrado «el triunfo de la verdad» de la orden jerónima, «que puede llamarse Iglesia» porque «la verdad es Cristo». «Este procedimiento, tan esperado como doloroso, por tratarse de algo tan escandaloso como no llegar a un acuerdo entre los miembros de la misma Iglesia, merece este alumbramiento feliz», ha agregado sor Ángeles Sanz.

La religiosa ha aclarado que «no es un triunfo, es simple y llanamente la verdad; hemos sufrido mucho por tenerse que lidiar con alguien tan de la Iglesia como es un obispo, al que excuso siempre porque quizás sean sus colaboradores los que le han llevado a este momento».

Ahora que la Justicia les devuelto la propiedad de Sant Jeroni es el momento de pensar en el futuro. Las religiosas han asegurado con firmeza que su intención «nunca» ha sido convertirlo en un hotel, «eso son bulos y falsedades», ha apuntado el abad Enrique Trigueros, quien ha dejado caer que fue el obispo Salinas quien tuvo la intención de sacar un provecho económico del convento.

El deseo de las religiosas, ha insistido por su parte la priora, es que el convento de Palma vuelva a albergar vida contemplativa, aunque en ese caso fuera ocupado por «otra congregación» y no por las jerónimas. Trigueros ha aludido también a los supuestos planes del Bisbat en esta dirección, aunque censuró que «lleva cuatro años diciendo que traerán a una congregación de monjas a este convento pero de momento no ha hecho ninguna oferta».

En su caso, sor Ángeles Sanz ha expresado que «es complicado que las jerónimas puedan volver» porque «en la sociedad cada vez hay menos vocación». Sin embargo, ha contado la priora que hace unos meses que recibieron una oferta del Obispado de Córdoba para trasladar a Sant Jeroni a unas monjas extranjeras, de la congregación del Verbo Encarnado, que incluso llegaron a visitar el edificio, aunque de momento la propuesta no hay ido a más.