La artista mallorquina Francesca Martí ofrece escultura, fotografía y videoarte.    | Teresa Ayuga

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Gerhardt Braun, el espacio de la calle Sant Feliu, es el nuevo y temporal hogar del Green Swarm (enjambre verde), una nueva instalación artística de Francesca Martí, comisionada por Jonathan Turner, y que supone una forma de cerrar un círculo, uno que arrancó con su interés por la figura de la mosca y de los insectos, así como sus comportamientos comunitarios. La muestra, que incluye escultura, fotografía, videoarte y una pieza sonora, se inaugura hoy a las 20.00 horas y sirve como una reflexión sobre las aglomeraciones de personas y los movimientos migratorios.

La instalación, que ocupa dos espacios de la galería, representa un enjambre de mariposas y libélulas verdes hechas en aluminio que comparten habitáculo con una videoproyección creada en colaboración con LADAT. Martí considera la mosca como su alter ego ocasional desde que aparece como protagonista de su obra desde 1999, cuando uno de estos insectos se posó sobre un dibujo que estaba haciendo y trazó, casualmente, una estela de pigmento al moverse sobre el papel. Por ello, Turner destaca que Green Swarm es «el progreso de una larga serie de trabajos donde Francesca ha mirado a la mentalidad de grupo de los insectos», pero relacionado con cómo las personas también se relacionan entre ellas y se generan «esos comportamientos sociales».

Mosca

Por su parte, Martí señala que «la mosca conecta con la persona y yo también a través de ella» y en esta exposición ha decidido «unir los tres insectos que he trabajado desde 1999: la mariposa, la libélula y la mosca» como una manera de genera un paralelismo entre las sociedades y los enjambres y su forma de actuar como «una manera de sobrevivir». Además, para Martí se trata de una manera de «cerrar un círculo», el de ese recorrido de la figura de la mosca en su obra, pero también de captar las «energías» de los insectos por sobrevivir y saber qué hacer y hacia dónde moverse para lograr esa subsistencia, lo cual califica como «el ciclo y el proceso de la vida misma».

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Francesca Martí y Gerhardt Braun posaron en la galería.

Para Turner, de hecho, cabe destacar que si miras la instalación parece algo «aleatoria» la forma de colocación de los insectos, pero «llega un punto en el que en esa colocación te das cuenta de que esa es la forma exacta y correcta, que es justo como debe ir», algo que obedece a cierto «orden» y algo «desconocido» que hay en estas manadas, del mismo modo que cuando la gente «ve cierta regularidad en algo la acepta y se mueve con ella, la sigue», palabra importante al hablar de los «seguidores» a los que hace referencia Martí en las sociedades humanas, aquellos que se mueven con el rebaño y obedecen a los líderes. Para Turner, Martí es capaz de «captar esos patrones y esas energías que son impulsos capaces de afectar al individualismo y que es algo de lo que no se habla mucho», detalla el comisario de la exposición. Así pues, esta obra, pensada originalmente para los museos de ArtZhuzhong de Pekín y Xiao Hui Wangde Shangai, cierra el círculo en 2022 en Palma con una pieza sonora a cargo de Zack Hemsey.