Se trata de un tipo de teatro corporal, de movimiento y sin palabras.

TW
0

El Teatre Municipal Catalina Valls de Palma acoge esta noche a las 20.00 horas y mañana a las 19.00 horas, la obra VPO de la compañía Migrants, que a través de los gestos escénicos construye una narrativa que busca poner de relieve una problemática muy actual y con la que la práctica totalidad de la ciudadanía de –y no solo de– Palma puede sentirse identificada: la vivienda. Formada por Maite Villar, Héctor Seoane,Joan Maria Pascual, Joana Peralta, Toni Pons y Toni Amengual, la compañíaMigrants se centra principalmente en el trabajo gestual y físico en el que la palabra no es que sobre, simplemente no es necesaria. Por ello, a través de los movimientos corporales y tras unas llamativas y sorprendentemente expresivas máscaras, Migrants se acomoda sobre el escenario para poner sobre la mesa –y las tablas– una realidad dramática.

Así pues, la trama sigue a tres personajes que conviven en el interior de un bloque de edificios que está a punto de ser derruido, se filtrarán en la acción temas tan actuales y que llenan en ocasiones las páginas de los diarios como la gentrificación de las ciudades, el drama de los desahucios y todas las situaciones que rodean esta problemática como la complejidad de la burocracia y de los procesos jurídicos o la pérdida de identidad que generan estos procesos denominados de gentrificación.

Los tres personajes de ‘VPO’ van ataviados con máscaras.

Atención

Bajo la dirección deVillar, esta obra, que forma parte de la programación municipal de artes escénicas promovida por el área de Cultura de Cort, supone una mirada cruda a una realidad que se ha vivido en varias zonas de Ciutat y que, por desgracia, continúa ocurriendo y ocurrirá si no se toman medidas en su contra. Con la intención de poner de relieve el problema y de llamar la atención, Migrants trata este fenómeno ataviados con máscaras, porque detrás de las mismas puede haber cualquier vecino de Palma, y sin decir nada, ya que en ocasiones los espacios vacíos de las viviendas desahuciadas hablan más de lo que podrían hacerlo los actores teatrales.