Josep Alorda junto a una cámara Super 8, la usada por Huguet. | Pilar Pellicer

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Si Guaret, la obra teatral de Pedro Mas y Joana Castell, es difícil de clasificar dentro de los difusos límites del arte escénico, la adaptación cinematográfica en la que trabaja Josep Alorda lo es más. «Me gusta que sea algo no definido a nivel de géneros», confiesa el de Santa Eugènia que ya ha recibido una subvención del Institut d’Estudis Baleàrics (IEB) para este proyecto que cuenta, además, con el visto bueno del propio Mas. Ahora está en una fase inicial, pero la idea es clara y contundente: «Poner en valor nuestra identidad mallorquina».

Alorda, que ya rodó el cortometraje intimista Primavera esvaïda, se adentra ahora en una difusa línea entre «documental y cine doméstico». Todo arrancó el pasado verano, cuando Mas y Castell fueron a Santa Eugènia a representar Guaret, obra que logró el Premi Ciutat de Palma de Teatre: «Santa Eugènia es un pueblo con fiestas muy culturales y yo trabajaba grabando las obras que se representaban», explica Alorda, quien añade que «Cuando vi Guaret me gustó muchísimo y al día siguiente ya estaba hablando con Pedro para proponerle la adaptación».

Cuenta el cineasta que temía que a Mas no le pareciera bien, pero «todo lo contrario, le gustó la idea y me dijo que cambiara todo lo necesario porque ahora es mi visión la que importa». Sobre Guaret, al igual que le ocurrió a Mas para escribir su obra tras leer a Damià Huguet, Alorda relata que «me descubrió una Mallorca diferente y una mallorquinidad dual distinta». Se trata de una historia personal, pero de alcance universal porque «la búsqueda de la identidad es algo que nos pasa a todos».

Para ello, habrá una unión de metraje doméstico de Mas y el propio Huguet, grabado con una Super 8 como en la obra original de teatro, mezclado con una voz en off y contenido analógico de otras personas logrando traspasar fronteras entre géneros en una «guerra de formatos» para    «poder ver siempre que queramos la esencia de una obra que supe que no podía quedarse solo en el circuito de teatros», indica.

Del mismo modo que lo que escribió Huguet repercutió en Mas, ahora, lo de ambos repercute en Alorda, que espera «poder hacer lo mismo y crear algo que sirva para la gente de aquí y ponga en valor la identidad mallorquina, nuestra lengua y nuestra forma de ser, que no es mejor, pero sí nos hace diferentes».