Marina Alonso de Caso, en la librería La Salina, que acaba de abrir sus puertas. | Pilar Pellicer

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La librería La Salina abrió este miércoles sus puertas en Santa Catalina, en la calle Bayarte. Al igual que este barrio, su espíritu es internacional. En sus baldas hay libros en catalán, castellano, pero también en francés, inglés, alemán e italiano. Incluso wolof. Su propietaria, Marina Alonso de Caso, ha creado un nuevo reducto cultural en un barrio en el que predominan bares y restaurantes, además del consabido mercado. «Es una librería pequeña, pero si quieres algún libro específico, lo traemos», dijo Alonso de Caso, que confesó que su sueño es ampliar la exposición. La Salina se escapa así del centro neurálgico de las librerías que se arraciman en el Casc Antic y alrededores.

Además de ser multilingüe, esta librería se ordena por colecciones para ayudar al lector. «El librero actúa también como prescriptor y tenemos clasificaciones como libros de la guerra, del confinamiento, vidas entre libros… Son colecciones transversales», explicó. Alonso conoce muy bien el sector, ya que antes ha sido editora y agente literaria. «La primera vez que trabajé en una librería pude ver en manos del lector títulos que había editado. Es una forma de activismo social».

Incluso cuando estaba en obras, los vecinos y negocios colindantes se acercaban al local para animar a esta librera. «Ya nos han dicho que hacía falta una librería en el barrio», añadió. Pese a que abre en plena pandemia, el recibimiento está siendo muy bueno y en breve comenzará con su agenda cultural: presentaciones de libros, talleres de escritura creativa para niños y un club de lectura.