De izquierda a derecha: Eva Santandreu, Marina Francès, Jasmina Ferrer, Vicente Villó y Laura Williams, los actores que protagonizan ‘Barietés’. | LUCA ROCCHI (NUOVATECNICA)

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«¿Has tenido alguna vez una cena de estas en las que crees que son de película?», plantea la compañía Las Primas de Bàrbara, que es justo lo que propone en su nueva pieza: Barietés. En esta obra, cinco personajes diferentes se sentarán en la mesa con los comensales durante una cena. La idea original es de la dramaturga Marina Salas, quien también dirige el montaje. Los actores Laura Williams, Jasmina Ferrer, Marina Francès, Vicente Villó y Eva Santandreu protagonizarán la pieza, que se llevará a cabo en el restaurante La Mujer de Verde de Palma este miércoles, a las 20.30 horas, y el 15 de diciembre en dos turnos: a las 19.30 y a las 21.30.

«Estaba pensando en el próximo espectáculo cuando me di cuenta de que estaba cansada de la lejanía a la que nos ha obligado la pandemia, así que decidí hacer algo cercano y divertido. Una cena con personajes era perfecto. Además, una cena es un momento íntimo y, a la vez, social», explica Salas. En Barietés, cuyo título es un juego de palabras de bar y varietés, cada actor interpretará a un personaje diferente que tendrá unas características determinadas. «El hilo conductor es el miedo, así como el éxito, el fracaso y las inseguridades. Al fin y al cabo, son elementos que nos unen y que todo el mundo tiene, aunque no lo evidenciemos ni lo digamos explícitamente», subraya.

De esta manera, Ignacia Ibáñez (Marina Francès), es una mujer que trabaja en el protocolo sanitario, aunque no tiene nada que ver con el coronavirus, y está obsesionada con la muerte. Kimberly (Laura Williams) es una bailarina fracasada que se gana la vida vendiendo productos de cosmética; Javi Sánchez (Vicente Villó), es una persona que constantemente busca la aceptación y la aprobación de los demás y Sonia Morro es la propietaria del local, un papel que interpreta Eva Santandreu. Lina Morgan (Jasmina Ferrer) es el único personaje conocido del montaje. «Puede parecer extraño que la incluyamos en la obra, pero era una mujer que tenía mucho miedo a los teatros vacíos», justifica la autora.

Imagen promocional de la pieza.

Así las cosas, la improvisación es clave y todo un «reto» en Barietés, pues, como puntualiza Salas, «los intérpretes tienen una estructura que les guía, para tener un inicio y final común, pero en cada mesa, según las historias o las conversaciones que surjan, puede suceder algo completamente diferente».

Adaptación

La intención, detalla Salas, es que el espectáculo se adapte al espacio y al territorio que lo acoja. «Ahora tenemos un espacio en el que caben unas cuarenta espectadores o comensales, y cinco personajes, pero podríamos adaptarlo a un formato mayor, con cien personas y diez personajes, por ejemplo», apunta.

Asimismo, el territorio en el que se lleve a cabo la función también será relevante. «En este caso no nos hemos centrado en Palma, pero nuestro propósito es tener en cuenta en qué comunidad se represente. Por ejemplo, si hacemos unas funciones en Menorca, la idea es ir allí uno o dos meses antes para poder hablar con los vecinos para que nos cuenten cuáles son sus miedos o inquietudes. Por el momento, nos interesa comprobar que el formato funcione», concluye.