La escritora Marta Colomé posa para este diario. | M. À. Cañellas

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«Aún no lo he asumido», confiesa la ganadora del Premi de Narrativa Infantil i Juvenil Guillem Cifre de Colonya 2021. El pasado miércoles la escritora Marta Colomé (Badalona, 1976) se proclamó vencedora de la 50 edición de este certamen por su novela Les ales d’Isis.

La escritora ha estado muy unida a los libros desde que nació. Cuando era pequeña, la autora reconoce haber sentido una necesidad «enfermiza» de leerlo todo. «Hay gente que nace con un pan debajo del brazo y yo nací con un libro», bromea. Por ello, la catalana admite que su trabajo es vocacional ya que «no podía ser otra cosa más que bibliotecaria».

Además, Colomé también se ha dedicado a narrar cuentos, por lo que describe sus comienzos como un «proceso natural». «Cuando me dí cuenta ya estaba creando aventuras», afirma.

Mitología

Tras publicar varios cuentos infantiles y dos novelas, Colomé le dio vida a varias ideas que le rondaban la cabeza en Les ales d’ Isis, suponiendo su trabajo más personal. De hecho, Colomé revela que sin duda es la «cúspide de toda su carrera» pues recopila todas las reflexiones que ha hecho a lo largo de su vida.

El volumen narra la historia de Ada Kitab, Robin Book y Sun Shü, tres intrépidas bibliotecarias que forman parte de les troballibres, un grupo dedicado a recuperar documentos valiosos robados y vendidos por el mercado negro. Esta misión las obliga a viajar a El Cairo, pero no es casualidad.

«Soy una fanática de la mitología griega», admite la autora. Asimismo, matiza que «en la cultura del antiguo Egipto se venera la vida pero al mismo tiempo se diviniza la muerta y eso es algo que pasa en el libro».

Y es que las aventuras de las tres compañeras las obliga a dividirse entre la tierra y el inframundo, donde aparecerá el alma del príncipe Serkhi I, que llevaba tres milenios muerto. De esta manera, las troballibres aprenderán que «no todo es lo que parece».

La novela, que se publicará el próximo 11 de noviembre, dará por terminada la aventura de estas curiosas bibliotecarias pero no la de Marta Colomé. La escritora admite que se ha quedado con «muchas ganas» de seguir explorando «la magia del antiguo Egipto», aunque de momento solo quiere «disfrutar de este sueño» que espera «que no acabe nunca».