Georgina Sas impulsa este proyecto.

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La crisis de la pandemia ha trascendido más allá de los límites sanitarios. Georgina Sas, una profesional del mundo de la cultura con un extenso currículum a sus espaldas, vio como su vida se detenía con la llegada de la COVID. «La pandemia me dejó casi sin trabajo», cuenta esta mujer inmersa en la vida cultural de Mallorca. «Pero en momentos de crisis es cuando la creatividad se desarrolla», dice. Su amplia agenda de contactos le sirvió para emprender otro rumbo: llevar el arte al hogar.

Bajo el título de L’art domesticat, Georgina Sas ha empezado a comercializar papel decorativo para paredes, que cuenta con la colaboración de artistas como Pep Guerrero, Albert Pinya, Tatiana Sarasa, Bàrbara Juan o Núria Marqués.

Con la ayuda del equipo de diseño de Toni Sorell y Aina Bibiloni, ha conseguido crear unos patrones para una propuesta decorativa osada.

Sin límites

«Los diseños merecían un papel de alta calidad», cuenta Sas, que advierte que «el diseño también es arte. No me gusta la idea de enfrentar al artesano con el artista. Los límites son muy frágiles. En realidad me gusta hablar de gente artista».

Empeñada en convertir la decoración en una forma de arte, ha ‘domesticado’ las obras artísticas para que se cuelen en las viviendas. «La idea es llenar nuestro entorno más inmediato de color y alegría... Estamos en otra etapa», explica.

El confinamiento ha disparado las ganas de mejorar las viviendas en las que estuvimos encerrados dos meses y Sas propone convertirlas en galerías de arte domésticas.

«A los artistas ligados a las galerías les ha costado el cambio», aunque el resultado es espectacular. Hoteles, restaurantes o espacios muy grandes dentro de las viviendas son el nuevo escenario para estos reconocidos artistas mallorquines que han sabido reinventarse. Al igual que Georgina Sas, que con este proyecto derriba barreras y amplía horizontes.