El festival incluía unas rutas teatralizadas, de las que se ha ocupado el propio Mas, y el estreno de la obra inédita de Ballester, L’única mort de Marta Cincinnati, que adaptó y dirigió Bel Albertí. Respecto a las rutas, Mas ideó una historia en la que «aparecen varios personajes de obras del autor, como Madò Maria de Siau Benvingut, Adalgot III de Dins un gruix de vellut o Nofre de Un baül groc per Nofre Taylor».
Línea
Mas subrayó que este festival sigue la línea de la compañía de recuperar autores locales y catalanes pero «sin hacer arqueología». «Como ya hicimos con Sa Pesta 2020, de Pere Capellà, nuestro objetivo es revisitar a los escritores y escritoras pero desde un diálogo con el presente y el futuro. Albopàs ha sido como un festival de nuestras letras mallorquinas. Estaría bien que hubiera festivales dedicados a los Segarres, Pitarres, Joans Olivers o Aurèlies Capmany», propuso.
Por otra parte, un gran atractivo del festival fue el estreno de L’única mort de Marta Cincinnati, que, como apuntó Bel Albertí, se publicó en 1982 y ganó el premio Born de Ciutadella pero nunca se había representado como tal. La familia de Ballester, que ha ha colaborado y nos ha ayudado mucho con el festival, nos proporcionó el acceso a todo el material que tenían para que investigáramos. De hecho, su nieta, Elisa Ballester, se ha encargado del vestuario. Fueron meses de preparación y adaptación. De los ocho personajes de la pieza, me quedé con seis, que interpretan tres actores: Xavi Frau, Guiem Juaneda y yo misma. Además, la puesta en escena contó con música en directo a cargo de Joan Seguí y Sara Mingolla», detalló Albertí, que con este montaje se ha estrenado como directora.
«La pieza está protagonizada por Marta y Falcó, que simbolizan la paz y la guerra, respectivamente, que se encuentran en un conflicto por una herencia que desencadena en una guerra en Albopàs», aclaró. «Lo más difícil fue elegir cómo representaba a estos personajes, pues el autor juega mucho con el simbolismo y no especifica si son personas de carne y hueso. Así que opté por mantener ese espíritu abierto y no concretarlo», concluyó.
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Recuperar a autores locales y recientes, en catalán, no puede llamarse "arqueología", si acaso "endogamia cultural", si se hace de modo sistemático. Ese es el falllo, por ejemplo. del Museu de Catalunya, con obras de arte catalans interesantes, pero sin ventanas al mundo, ni siquiera a la península. Su visita deja un sabor agridulce.