La cantante sueca Nina Persson, voz de la icónica banda de pop-rock The Cardigans. | Archivo

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Nina Persson y la mítica formación The Cardigans son prácticamente un icono vivo de los 90. Los pegadizos estribillos de Lovefool o My favourite game siguen sonando en la radio casi a diario e irremediablemente nosotros cantamos, o por lo menos tarareamos, sus melodías.

El próximo sábado 5 de junio, desde el histórico Castell de Bellver, Persson, junto a Martin Hederos, repasará sus temas más conocidos, tanto de su etapa con la formación como en solitario, y además ofrecerán covers de sus canciones favoritas en un entorno «íntimo y muy especial» hecho posible gracias al festival ContrastMallorca, que clausurará su edición de verano con esta importante cita que ha despertado el interés de varias personalidades de la Isla.

¿Tiene ganas de poder aterrizar en la Isla y tocar frente a un público en directo?

—Tengo muchas ganas porque ya he estado en Mallorca y es preciosa. Pero además va a ser la primera vez que toque en directo en un año, más o menos, y aunque sea solo ante 100 personas va a ser como si fuera un estadio entero para nosotros. Además, de este modo será más especial e íntimo, y he podido ver por Internet cómo es el lugar donde tocaremos y parece espectacular.

¿Qué tocarán Martin y usted para el público de Palma?

—Tocaremos canciones de The Cardigans y algunas de mi carrera en solitario o con A Camp. A su vez, habrá algunas de Martin y covers de canciones que nos gustan a los dos. Estamos acostumbrados a tocar así, y es algo que nos gusta mucho porque podemos tocar canciones que nos gustan más a ambos.

A medida que crecía, usted no quería dedicarse a la música, ¿qué pasó en medio?

—Que empecé a dedicarme a ello y comenzó a gustarme. Aprendí la profesión, canté, toqué y al final es algo que me encanta. Amo la música y es algo que me gusta mucho hacer. Me permite viajar y, sobre todo, he podido conocer a muchísimas personas que se han convertido en gente muy especial para mí. Eso es lo mejor de todo.

Hablemos de The Cardigans. ¿Qué piensa cuando escucha las canciones de aquella época?

—Me gusta mucho escucharlas porque me sorprende el nivel de creatividad que teníamos. Además, hay canciones muy técnicas, difíciles de tocar y algunas, de hecho, no las puedo cantar como lo hacía entonces. Me sorprende que pudiéramos tener ese nivel a una edad tan temprana, porque empezamos siendo adolescentes.

¿Se imaginaban el éxito que iba a tener Lovefool?

—Para nada. Cuando la sacamos tuvo un éxito moderado, primero, pero luego estuvo en la película Romeo + Julieta, con Leonardo DiCaprio, y ahí explotó. Estaba en todas partes. Incluso ahora, tantos años después, sigue sonando. De hecho, hace unos años, estaba saliendo de un evento en Ibiza y en el taxi de vuelta, en medio de la nada, empezó a sonar, y fue bastante increíble. Incluso ahora, a veces, los amigos de mi hijo le dicen algo al respecto. Creo que está orgullo de mí (risas).

¿La considera de las mejores que hicieron?

—Para mí no lo es. Creo que objetivamente es una muy buena canción pop, pero desde mi punto de vista hicimos otras canciones mejores y que disfruté más escribiendo.

Esa fue la época en la que usted empezó a involucrarse más en las letras y el grupo se volvió algo más oscuro, ¿a qué se debe esto?

—Se debe a que artísticamente es más interesante entrar en las ambigüedades y demás que quedarse en la felicidad pura y absoluta.

¿Se ve como un icono de los 90, sobre todo teniendo en cuenta que fue una de las pocas frontwomen de una banda?

—Es un poco difícil verse a una misma como un icono, pero sí es cierto que éramos pocas entonces. Eso ha cambiado, por suerte, y me alegra haber estado ahí y ser alguien a quien las generaciones más jóvenes miran y que se sigan haciendo covers de mis canciones. Yo no tenía tantos referentes en este sentido, aunque claro que había música que me gustaba.

¿Mantiene una buena relación con sus excompañeros de formación?

—Sí, totalmente. De hecho, dos de ellos son vecinos míos y seguimos haciendo tours de vez en cuando. Eso es muy bonito y es algo que no ocurre en todas las bandas.

¿Está trabajando ahora mismo en nueva música?

—No, la verdad es que ahora no estoy escribiendo nada y, además, no sabría sobre qué escribir, pero es bueno porque me permite centrarme en otras cosas, como en mi familia o en mi trabajo en la universidad, donde doy clases a jóvenes cantantes, de manera que sigo rodeada de mucha creatividad y eso es algo que me gusta mucho. Además, de esta manera, cuando hacemos un tour de The Cardigans lo disfrutamos más porque estás una semana, más o menos, y antes eran meses y meses en los que no dormías ni descansabas. Cuando éramos jóvenes estaba muy bien, pero ahora ya no. Digamos que es algo que ya he hecho.