Trabajos de excavación arqueológica en el Patio de los Naranjos de Mezquita-Catedral de Córdoba. | Efe

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Una excavación arqueológica bajo el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba está revelando los secretos que guarda la historia sobre este monumento y que apuntan a la existencia de un gran complejo episcopal del siglo V que era el centro neurálgico de la ciudad antes de la época califal.

El profesor de arqueología de la Universidad de Córdoba (UCO), Alberto León, ha explicado que la excavación se basa en la «iniciada por el arquitecto Félix Hernández en 1934» y que se tuvo que paralizar por la Guerra Civil.

Sin embargo, ya en 2015 la UCO apostó por la «digitalización de los fondos del archivo de Hernández» y profundizó en la investigación de esta excavación en el Patio de los Naranjos, que tenía entre sus objetivos buscar pruebas de la famosa basílica de San Vicente sobre la que se supuestamente se alzaría posteriormente la Mezquita-Catedral.

Y lo hallado ahora, en una excavación con «técnicas modernas» y que ha ido más allá de la del siglo anterior, apunta a la existencia de un «complejo episcopal» con su centro administrativo, el baptisterio y la iglesia, que «superaría los límites de la actual Mezquita-Catedral y se extendería hasta el río Guadalquivir».

Los hallazgos permiten entrever un «pórtico con vestíbulo», un edificio monumental con un muro de «más de 30 metros de longitud» del siglo V, así como los cimientos de del primer alminar de la Mezquita de Córdoba del siglo VIII.

León ha resaltado que el edificio de época visigoda tenía un «peso ideológico» que posteriormente fue arrasado por los musulmanes, quienes reutilizaron los materiales existentes para levantar sus propias construcciones, principalmente la gran Mezquita de Córdoba.

Aunque la excavación continúa y se prolongará durante algunos meses, la estrechez de la zona y el hecho de no poder tocar demasiado los naranjos para evitar su pérdida ralentizará el proyecto de investigación «que se debería extender hacia el oeste».

Por su parte, Raimundo Ortiz, arqueólogo del Cabildo Catedral de Córdoba, ha explicado a Efe que se ha trabajado de forma minuciosa para evitar que «los naranjos pudieran caer o sufrir algún daño» y se han ido «retirando los rellenos y los vertidos de la excavación de Hernández».

Lo primero que se hallaron fueron pruebas del uso del Patio de Los Naranjos como «cementerio parroquial de la Catedral», seguido de edificaciones de la época islámica «previas a la construcción de la Mezquita» e incluso los cimientos del primer alminar del templo y que pueden ayudar a datar «cronológicamente otras excavaciones de la ciudad».

Pero ahondando más en la «estratificación» de la zona, se hallan esos «muros previos del complejo episcopal» antes de la «invasión islámica» y que muestran una gran edificación desde principios del siglo V hasta el VIII.

De época anterior «no sabemos nada», ya que no se ha llegado tan abajo, pero lo hallado hasta ahora permite redefinir de alguna manera la historia de la ciudad de Córdoba dentro de la Península Ibérica en la época visigoda.

Unos hallazgos «importantes» y «reveladores» que deben ir a más con excavaciones futuras en las que se desearía encontrar datos que muestren «las funciones de este edificio», las «delimitaciones exactas del mismo» u otras edificaciones de época romana de las que «no se tienen constancia en la zona».

Y mientras tanto, investigadores de todo el mundo siguen pendiente de los hallazgos para su interpretación y así redefinir la historia de uno de los monumentos más universales sobre el que se debate si fue antes Mezquita o Iglesia, aunque todo apunta a su origen episcopal.