El músico Tomeu Juan Fuster, ayer en su estudio. | Pere Bota

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Tomeu Juan Fuster está desbordado de ilusión. Extraña sensación en estos tiempos en los que el futuro parece la cueva oscura donde va a morir la esperanza. Pero el joven músico mallorquín tiene motivos para irradiar optimismo, hace apenas unos días recibía el galardón que le acredita como Artista Revelació 2020 en la gala de los III Premis Enderrock de la Música Balear, por su debut discográfico Un i Vers (2020). Un álbum que bracea las aguas del pop y el jazz bajo el influjo de la música clásica.

El músico abre la entrevista mostrando su agradecimiento «a todas las personas que me ofrecieron su confianza», y a renglón seguido reconoce que no se esperaba «para nada» el premio. «Fue una preciosa sorpresa, y tanto Baaldo como Amulet se lo merecían tanto como yo», expresa.

En opinión del artista, los premios «dan visibilidad a los proyectos, sobre todo cuando son emergentes y poca gente confía en ellos». Asimismo, Tomeu Juan Fuster confiere suma importancia al efecto unificador del certamen promovido por la revista Enderrock, por su «forma de unirte con los compañeros de profesión. Surgen muy buenas amistades, y eso es lo que más falta en la Isla: establecer una red de confianza entre nosotros para darnos soporte». La formación musical que ha recibido nuestro protagonista cruza umbrales, los de la canción popular y la música clásica, en ellos reposa su obra. Pero, que nadie se equivoque, su música no solo se conjuga en pretérito, también experimenta con sonidos modernos (fue batería en varios conjuntos y en la actualidad milita en Salvatge Cor), todo este bagaje ha hecho más angular su visión melódica, que dejó plasmada en el disco Un i Vers.

Formado en el conservatorio profesional de música en la especialidad de percusión, Tomeu tiene por referentes a un categórico elenco de nombres: Yellowjackets, Marcus Miller, Marco Mezquida, Carles Marigó, Judit Neddermann, Sílvia Pérez Cruz, Juanjo Monserrat, Oques Grasses, Txarango y el formidable Chet Baker, ese yonqui desentado que te hacía soñar cuando arrancaba sonidos de su trompeta.

La carpeta de proyectos del artista no está vacía, «ya estoy pensando en mi segundo disco en solitario», adelanta. Además, recientemente presentó su propia versión del villancico Santa Nit, una canción de origen irlandés en la que hace un guiño a la popular Sibil.la. «Esta Navidad ha sido muy diferente y la música debía representarlo. Por eso hicimos una versión con una energía preciosa».

Sociedad

El músico reacciona con sarcasmo cuando se le pregunta por la situación vivida durante el confinamiento, en la que desde diferentes flancos de la sociedad se daba por hecho –a pesar de los pesares– que un artista debía aportar cosas productivas y estar inspirado. De aquella situación lo que más le sorprendió fue «la propuesta del Gobierno de ‘necesitamos el arte sin dar soporte al arte'», desliza. «Me tomé el confinamiento más como un momento de introspección y reflexión, fue un período muy productivo», añade.

Pese a las restricciones y el clima desfavorable, Tomeu Juan Fuster está planificando fechas para subir su música al escenario. «Estamos trabajando en ese sentido, tengo muchas ganas de continuar ofreciendo mi música en el escenario».