El estado actual de sa vieja ‘Presó’ muestra el deterioro y la inevitable necesidad de reforma. | Redacción Cultura

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El proyecto de convertir Sa Presó de Palma en un Centre d’Art i Creació (CAC) avanza, pero lo hace a cuentagotas. Su historia, en lugar de escribirse por tomos o capítulos, lo hace por líneas y letras. Han pasado ya tres años desde que Cort lo planteara y la última novedad es la visita en petit comité en la que participaron miembros de Cort como el regidor de Cultura, Antoni Noguera; la directora general de Arts Visuals, Aina Bausà, y la directora general de Cultura y Comunitat, Tina Codina, junto a representantes de los artistas, como Mercedes Prieto, presidenta de la Associació d’Artistes Visuales de les Illes Balears (AAVIB), quien resume sus impresiones como «escepticismo moderado».

Prieto asegura que «hay que tener paciencia y esperar», aunque al mismo tiempo confiesa que es difícil «no desesperarse» ante un proyecto que «nunca llega, siempre parece que estamos en el punto de salida».

En la visita a Sa Presó, Prieto pudo comprobar de primera mano que «está todo por hacer» en el futuro centro de 800 metros cuadrados y duda de los plazos que Cort maneja: «Puede que las obras empiecen este año, pero construir un CAC lleva tiempo», señala.

A su vez, ya han aparecido algunas discordancias entre lo prometido y lo visitado. Por un lado, las celdas estaban previstas para el uso de los artistas, aunque «en el espacio que nos mostraron, que será el que utilizaríamos, no se las incluye», además de que el nuevo CAC será compartido por los artistas visuales y los creadores de arte escénico. «Se contradicen mucho», apunta Prieto.

Paciencia

No obstante, la presidenta de la AAVIB mantiene un perfil cauto y prefiere «esperar», asegurando que lo más importante «es que haya y permanezca la voluntad política». La misma voluntad que hubo para desalojarles en 2011 de su primer centro en la planta baja del antiguo Quarter d’Intendència en la calle Socorro de Palma, que ahora ocupa Palma Activa. O la misma voluntad que llevó a inaugurar el segundo centro en Ses Voltes en 2013, con menos presupuesto y espacio, para cerrarlo en 2017 y destinarlo al Museu Marítim.

De modo que la situación se mantiene en un punto prácticamente estático sin demasiados movimientos a excepción de los tímidos pasos dados. Se trata, a su vez, como Prieto recuerda, de «un espacio que ni hemos solicitado», haciendo mención expresa a Sa Presó, y de la que confiesa tener sus «dudas».

Al mismo tiempo, conviene recordar que la AAVIB fue expulsada a su vez de su sede ubicada en calle de la Rosa de Palma, en el Casal Ernest Lluch, y ahora también está «a la espera de cerrar un convenio de colaboración para una nueva sede», algo de lo que Prieto prefiere «esperar a tener más conversaciones para decir nada».

Como la propia Prieto señala, «es muy rápido cuando te desalojan, pero para darte un nuevo espacio todo va muy lento» y, por si eso no fuera poco, «parece que no puedes decir nada porque es como si te hicieran un favor».

En este sentido, el último paso dado ha sido tímido pero, por suerte, en la buena dirección. No hay que olvidar que Sa Presó se ha postergado durante casi tres años, ‘condenando’ a Palma y a sus artistas visuales a una penitencia sin un CAC.