La cantante y compositora Maria del Mar Bonet, en una imagen reciente. | Teresa Ayuga

TW
4

Maria del Mar Bonet lleva más de medio siglo entablando un diálogo intercultural, una labor por la que ha sido galardonada con el Premi Comte Jaume d’Urgell 2020, organizado por el Ajuntament de Balaguer (Lleida), en reconocimiento a «su trayectoria profunda, diversa y única, así como a su compromiso con las libertades de los países de habla catalana». La artista, que durante el estado de alarma se ha mostrado muy activa, amenizando el confinamiento de sus seguidores con conciertos vía streming, es uno de los nombres que dan brillo al cartel del Primavera Sound 2021, uno de los grandes acontecimientos de la música independiente internacional.

¿Cómo está llevando estos días tan extraños?

—Lo llevo lo mejor que puedo, estoy bien de salud. Por suerte en Mallorca la pandemia no ha sido tan agresiva como en otros sitios como Barcelona.

Ha ofrecido varios conciertos online durante el confinamiento, ¿disfrutó de la experiencia?

—Hacer cosas es positivo, sea cantar o hacer entrevistas, lo importante es estar activo.

¿Cree que los conciertos vía streaming son emocionalmente rentables?

—Son muy diferentes, no son tan intensos. Cuando tienes gente delante es como tener un espejo al que mirarse y reaccionar en función de lo que ves. Sin ellos no es lo mismo.

El Premi Comte Jaume d’Urgell la distingue como artista comprometida con la diversidad musical y con la defensa de los territorios de lengua catalana. ¿Se reconoce en el papel de abanderada?

—Siempre me ha gustado comprometerme al máximo con las cosas en las que creo, pero de ahí a considerarme abanderada, no. Me siento comprometida con la calidad de mis canciones, con el Mediterráneo, con mi lengua y con muchas otras cosas, pero abanderada, no.

¿Le estimula la idea de iniciar una gira?

—No pienso demasiado en eso, pienso en lo que está pasando ahora. El mundo está enfermo y no quiero un rebrote de coronavirus. No obstante, durante el confinamiento he tenido de tiempo de trabajar en nuevas canciones que tengo en mente.

¿A estas alturas se sigue sorprendiendo con la música?

—Lo haré hasta que muera, no me ha faltado nunca la curiosidad y las ganas de sorprenderme.

¿Por qué cree que hoy en día, a diferencia de los 60 y 70, los artistas que más venden son aquellos que no nos hacen pensar?

—A veces, los artistas que más venden tienen una falta de contenido, pero eso ha pasado siempre, también en los sesenta y setenta. Quizá ahora se note más porque hay más medios de comunicación que propician el consumismo desechable.

¿Le preocupa que a menudo venda más una buena imagen que una buena canción?

—Le digo lo mismo, esto también sucedía antes, pero como ahora hay más focos sobre el artista parece que la imagen sea más importante.

En cada disco explora nuevos caminos, nuevas posibilidades, ¿cómo alimenta esa inquietud?

—Siempre he conservado la inquietud de trabajar con diferentes estilos, desde el respeto, y he cultivado el aprendizaje con otros cantantes de la ribera Mediterránea.

Neil Young ha dicho que la tecnología ha amordazado al arte, ¿siente que el arte está amenazado?

—La tecnología no tiene por qué amordazar al arte. Yo siempre he visto al arte muy ligado a lo hecho a mano, es el modo en el que concibo mis canciones. No obstante, aunque no sea mi camino, creo que la tecnología puede ser muy útil. Lo importante sería que se cultive el arte en el aprendizaje, que los niños puedan codearse con él, que conozcan las raíces de la música a través de los siglos.

¿Le emociona formar parte de un evento tan gigantesco e intercultural como el Primavera Sound?

—Me hace mucha ilusión que hayan pensado en mí, creo que es un festival muy interesante.

¿Existe más interés por la música mediterránea fuera de nuestras fronteras?

—Puede que sí, en el Norte de Francia se encuentran más discos de música mediterránea que aquí. Creo que toda la música es importante, pero viviendo en el Mediterráneo es una pena que los medios no programen más música de aquí. En Turquía, Grecia, Túnez, Egipto y Marruecos se están haciendo cosas muy interesantes que no llegan a la gente.

¿La fama es un objetivo o una consecuencia?

—La fama no ha de ser nunca un objetivo, un artista ha de buscar siempre la calidad.

No suele encabezar las listas de ventas, pero sus discos más representativos están absolutamente vivos en internet. Menuda paradoja...

—Internet es un camino de comunicación que llega muy lejos, y lo de los superventas es algo que no va conmigo. En mis inicios me dieron discos de oro, y me hizo ilusión, pero la verdadera meta es mantenerse, el premio más grande es que tu música no pase de moda.