La Orquestra Simfònica de les Illes Balears es la primera de España en retomar su actividad musical durante la pandemia de COVID-19. | Pilar Pellicer

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Son las 20.00 y la luz del sol aún baña la fachada de la iglesia de Campanet, mientras los vecinos de este municipio orillado al norte de la Isla socializan en las calles. Al otro lado de los muros, la cosa toma otro color. Nos encontramos un auditorio semivacío, envuelto en una atmósfera solemne y llena de expectativas. En breve, las cincuenta butacas de su aforo convenientemente reducido estarán ocupadas. Nunca habría imaginado este templo, con sus tres siglos de historia, acoger un evento como este. Con mascarillas, gel desinfectante y distanciamiento social. La música tomaba la palabra, reivindicando su carácter integrador y sorteando el aislamiento que impone una pandemia.

Acaba de arrancar y el ciclo #SonemPerTu ya está generando conciertos que superan las expectativas. Muchos pensábamos que la música en directo se haría de rogar una larga temporada, sin embargo, mientras el inquino virus se bate en retirada nos llegan propuestas tan ambiciosas como esta, que más allá de regalarnos los oídos nos devuelven a la normalidad.

Paula Marqués (violín), Pavel Penev (violín), Luis Oliver (viola), Dimitri Struchkov (violonchelo) y Jordi Miralles (oboe), formaban el quinteto –derivado de una selección de músicos de la Simfònica– encargado de poner la primera nota musical en pleno estado de alarma. El concierto de ayer en Campanet fue el primero de los 59 que brindará esta formación entre los meses de mayo y septiembre en diferentes foros de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera.

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Antes de iniciar el recital, Luis Oliver quiso dedicar la audición a todas las personas fallecidas por la crisis sanitaria. A continuación pidió un minuto de silencio. Una pieza para oboe y cuerda de Mozart abrió el concierto, era la primera de una selección de obras con estéticas bien diferenciadas, resuelta con holgura por el quinteto. Esta obra de corazón melódico y armonioso, rebosante de esperanza, sirvió de metáfora del sentir popular de estos días extraños. Durante la actuación se mantuvo la distancia de seguridad entre asistentes, a su vez, conforme al protocolo de sanidad, el uso de mascarilla y guantes fue obligatorio. Asimismo, la organización proveyó de gel hidroalcohólico al público, mientras que el acceso a la iglesia estuvo delimitado por señales identificables colocadas sobre el firme.

El primer concierto con repertorio clásico, no ya de Mallorca, sino del Estado, nos brindó el reencuentro con la música tres meses después. Pero también nos dejó la sensación de estar ante un acontecimiento único, quizá por su naturaleza atípica y provisional esta velada tuvo la explosión emocional de lo irrepetible.

No obstante, el ciclo #SonemPerTu continuará con su programación en la jornada de hoy, con un concierto en el Claustre de Santo Domingo de Pollença, a las 20.30. El domingo la Plaça Alexandre Ballester de sa Pobla recogerá el testigo, a partir de las 20.00.
Estos conciertos, así como los 56 restantes, se desarrollarán ante aforos reducidos y estarán conducidos por una selección de entre uno y 20 músicos de la Simfónica, ante la imposibilidad de reunir al conjunto en su totalidad debido a las restricciones sanitarias.
Todos los integrantes, encabezados por su director, Pablo Mielgo, han hecho «un gran trabajo organizando todo en poco tiempo», según apuntaba Joan Barceló, presidente del comité de empresa, a este diario.