Todos ellos optan por no salir de su domicilio y afrontan cancelaciones de sus proyectos presentes y futuros.

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Los actores y actrices mallorquines que trabajan en Madrid se enfrentan a cancelaciones de proyectos por la crisis del coronavirus. Algunos no salen de casa, otros reflexionan sobre la situación y varios se plantean cómo van a hacer frente a alquileres y facturas después de la suspensión de rodajes y obras teatrales.

«Hace dos días que no salgo de casa por precaución», afirma la actriz Laura Díaz (Magaluf, 1987). Sobre si la pandemia ha afectado a su trabajo en la capital señala que ahora no interviene en ninguna producción. «Pero tengo amigos que han tenido que cancelar funciones de teatro que llevan meses ensayando. Aprovecho para recordar que, en nuestra profesión, solo disfrutan del privilegio de trabajar unos pocos. Y, si eres actriz, tienes menos posibilidades», asegura.

Personalmente, se ha visto obligada a cancelar un viaje fuera de España para negociar un futuro proyecto. En cuanto a desplazarse hasta Mallorca, apunta que «me encantaría, y me lo han recomendado, pero lo mejor es que nos quedemos en Madrid por precaución».

Medidas preventivas

A Sergio Pozo (Calvià, 1986) el coronavirus también le ha afectado laboralmente. «Sé de algunos proyectos y rodajes que están siguiendo adelante, pero con medidas preventivas [tomas de temperatura, etc.]», explica. «Pero a mí, por ejemplo, se me han caído varios rodajes». Tampoco viajará a la Isla. «Si hay algo que saco de todo esto, es la conciencia social. Y, aunque no haya contraído el virus, no tiene sentido que ahora mismo me plantee moverme si lo que se pide es que impere la calma. Lo normal es respetar las medidas preventivas que se están recomendando antes de entrar en un bucle de histeria colectiva e incurrir en errores que generen aún más alarma social».

Quedarse sin trabajo por las cancelaciones de proyectos «afecta a mis ingresos», indica el actor de Son Ferrer, y añade: «Hay que tener en cuenta que el colectivo artístico, a nivel de regulación laboral, siempre ha sido uno de los más desfavorecidos. En este momento no existen medidas tributarias que compensen la pérdida de un rodaje, de un bolo o la paralización de un proyecto y, sin embargo, tenemos que seguir pagando el alquiler, las facturas, etc.»

Reconoce que esta situación excepcional no le atemoriza, aunque observa Madrid con «menos afluencia de gente. Pero sigo viendo gente comprando, en terrazas, cafeterías, gimnasios. Así que más triste no está, está más ausente».

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Para Ángel Sierra (Palma, 1978) la situación también le influye en su trabajo. «La verdad es que se están cancelando obras de teatro y mi trabajo esporádico, que compagino con el sector del transporte, se ha desplomado un 80 por ciento», manifiesta. «De momento no tengo pensado volver a mi tierra hasta que se controle la situación», agrega. En Madrid [«está vació, parece agosto»], se quedará en su domicilio, a la vez que se muestra positivo: «Todas las epidemias tienen un principio y un final. Deseo que pronto se normalice la situación». Y aconseja «ser preventivo y no entrar en pánico, ya que no sirve para nada».

Sorpresa

La expansión de la COVID-19 «me ha pillado por sorpresa y he tenido que cancelar todos los eventos presenciales que tenía. Estoy trabajando desde casa como recomiendan». Aunque palpa la tensión del ambiente. «Tengo miedo, ya que esta situación la hemos visto o escuchado en la ficción o películas. Vivirla es un poco inquietante, aunque hay que tener calma. Deseo que todo vuelva pronto a la normalidad».

«Sí, nos ha afectado a todos», destaca Armando Buika (Palma, 1970) en relación al estallido de la pandemia. «A los que tenemos contrato nos comunicaron ayer, desde la Unión de Actores -que, por cierto, ha cerrado las oficinas–, que nos congelan el contrato hasta nuevo aviso. Es decir todo parado; rodajes, proyectos, reuniones... En fin, una locura», declara.

Sobre su futuro laboral, indica que «es posible que pronto me veáis otra vez por ‘Sa Roqueta' con otra obra de teatro. Esta vez con un personaje importante». Otro proyecto de Buika es estrenar El combate del siglo en la Sala Beckett de Barcelona, el 26 de junio, «con permiso de la COVID-19», desea el actor de Son Canals. Sobre este momento de alarma social y sanitaria, subraya que «no tengo miedo», aunque «la situación me hace reflexionar».

Desembolso

A Miguel Ángel Jiménez (Palma, 1981) le han cancelado rodajes de publicidad previstos para estos días. «A muchos compañeros les han suspendido bolos y eventos. Esto, en una profesión como la nuestra, en la que la gente vive muy al día, es muy fastidioso; sobre todo porque son personas que habían adelantado dinero para hacer una gira con el correspondiente desembolso inicial de su bolsillo que no recuperarán», asevera. «Para los actores es un mazazo importante», sentencia el actor.

En cuanto a la serie que está rodando, Señoras del (h)AMPA, señala que «estamos a la espera, pero con el temor de que el Gobierno diga que se paraliza todo con lo que no podríamos acabar la temporada». Recomienda a la gente que no se mueva de su ciudad de residencia para no propagar el virus. «En el día a día se ve a la gente más tensa por la calle. Creo que debería haber un parón fuerte de quince días y quedarnos todos en casa. Yo cerraría el país durante veinte días».