Un faro y dos personajes, interpretados por Jonathan D. Mellor y Bárbara Nicolau, centran una historia repleta de incógnitas que parte de una leyenda nórdica: cada vez que se apaga una vela, muere un marinero porque le apaga la luz de la vida.
Rodado en ingés y francés, está ambientado en un faro en Burhou, una isla anglonormanda en la que vive apaciblemente Paul, hasta que aparece Emma y lo trastoca todo.
Universal
«El faro es muy cinematográfico, una historia universal. Quería un final que dejara al espectador pensativo», explica Peitx, que con este trabajo debuta como director, que cuenta con una dilatada carrera en el mundo audiovisual y ha participado en trabajos como La jaula, de Marcos Cabotà, o la serie En vida teva.
El cortometraje se rodó durante cuatro días en el faro de Favaritx, en Menorca. «Cuando escribí el guión me imaginé un paisaje lunar, ambientado en el Atlántico. Este faro menorquín se ajusta a la estética que quería impregnar el director, que quería jugar además con el concepto de la incomunicación, de ahí que eligiera la década de los 70 cuando aún no había moviles. «Los actores se mueven en una sola localización y se ambienta en invierno, donde juega un papel vital el frío y la humedad.
«Tarde un año en escribir el guión y la documentación. Todo está meticulosamente colocado, no hay ningún detalle al aire», explica Peitx, que agradece la labor del departamento de arte y el resto del equipo.
Tour
La dirección de producción corre a cargo de Paula Serra, responsable de Nova Producciones, y la banda sonora es de Tolo Prats. La cinta ha contado con subvenciones de IB3 y del Institut d’Estudis Baleàrics (IEB).
Tras ser seleccionado para el Evolution!, este cortometraje se mostrará en diferentes festivales.
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