El equipo, en Mancor de la Vall, durante uno de los días de rodaje. | Teresa Ayuga

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Una narración que combina drama intimista y elementos de thriller sobre tres generaciones de mujeres marcadas por el destino en un entorno opresivo y asfixiante. Así se presenta el nuevo cortometraje de la directora Marga Melià, titulado Dona, que traslada al espectador a un psiquiátrico a finales de los años 70. La directora de Bittersweet days -ópera prima con la que se convirtió en la primera mujer balear en estrenar en cines un largometraje-, se adentra con este proyecto en un género distinto al desarrollado en sus anteriores trabajos.

«Siempre me ha gustado contar historias que me conmuevan, sea como sea su forma».
Acostumbrada a guionizar desde cero, con Dona, Melià ha desarrollado todo un libreto en base a la obra homónima de la dramaturga catalana Queralt Riera. «Ha sido muy revelador trabajar con una idea que nació en la mente de otra persona y trasladarla a un lenguaje cinematográfico».

Drama

Melià asegura que la cinta, protagonizada por la actriz Rosa Cadafalch y rodada íntegramente en Mallorca, se mantiene dentro de su «estilo» a pesar de tratar por primera vez el drama.

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«Cualquier película que se haga siempre plasmará el universo tanto de la persona que la ha escrito o dirigido. Sin embargo, eso no quiere decir que, porque yo sea mujer o porque gran parte del equipo lo sea, estemos haciendo cine para mujeres», señala la directora. «La mayor aspiración de todo creador, al menos a rasgos generales, es alcanzar a un público global. Es simplista clasificar bajo esa etiqueta historias que podemos entender y disfrutar todos», añade.

Mujeres

En un panorama marcado por el auge de las mujeres liderando proyectos audiovisuales, como han hecho recientemente Carla Simón, Paula Ortiz, Ana Asensio, o la propia Melià, la directora también destaca que ahora mismo, «el mundo de la creación vive uno de sus mejores momentos». «Creo además que hay una relación directa entre este fenómeno y el desarrollo de un nuevo tipo de personajes femeninos. Es posible que entre poner a una o dos mujeres en el reparto, a nosotras nos sales más natural ponerlas de protagonista, porque, en nuestra vida, lo vemos todos los días», apunta.

Frente a la visión sesgada del mundo que ha ofrecido el cine, Melià interpreta que «esta nueva variedad de historias luchan contra un tipo de cultura que, durante mucho tiempo, sólo ha tenido en cuenta el discurso masculino».

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