La nueva vicepresidenta y consellera insular de Cultura avanza sus planes al frente de este departamento. | M. À. Cañellas

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Hace tan solo unos días que Bel Busquets (Son Espanyolet, 1973) cogía el testigo de Francesc Miralles como vicepresidenta y consellera insular de Cultura, Patrimoni i Política Lingüística del Consell. En esta entrevista, Busquets avanza algunas de las claves de su proyecto al frente de este departamento.

¿Qué le parece el fichaje de la actriz Catalina Solivellas como delegada de Cultura del Govern?
—Creo que se tienen que respetar todos los nombramientos de cualquier institución y la verdad es que le deseo mucha suerte y muchos aciertos. Además, Catalina Solivellas, llevando la cultura tanto desde el punto de vista del Govern como yo desde el Consell, tendremos que colaborar y así tiene que ser.

Ha pasado de la vicepresidencia del Govern a la Conselleria de Cultura, ¿un cambio radical?
—He ido asumiendo estas responsabilidades siempre con el mismo criterio. No creo en el trabajo en solitario, soy una persona de trabajo en grupo y, de hecho, provengo de una situación laboral en la que he trabajado en una cooperativa.

Hace unos días dijo que, en los últimos años, el Teatre Principal se había castellanizado. ¿Por qué lo cree así?
—El Teatre Principal tiene que ser el teatro de Mallorca, es un punto neurálgico de las artes escénicas y, por tanto, tiene que tener cabida todo el sector cultural. Se tiene que pensar desde Mallorca, teniendo en cuenta que tiene que ser un centro, una atracción tanto para los creadores como para las industrias y, por supuesto, desde una política lingüística que queremos impulsar. Queremos que el catalán sea una lengua cohesionadora y, por ello, desde todas las instituciones vamos a poner el catalán en el centro. Eso no quiere decir menospreciar cualquier otra cultura, sino priorizar la calidad en las producciones.

¿Cuáles son sus planes para este espacio?
—Como polo de las artes escénicas de la Isla, también ha de colaborar con los otros teatros de Mallorca, creando un vínculo profesional y de actividades, una red que ya se ha comenzado a crear. Hay que destacar que en la anterior legislatura, tanto en el sentido amplio cultural como del Teatre Principal de Palma, se ha hecho un trabajo muy positivo. Ahora, lo que hace falta es continuarlo y consolidarlo, priorizar este acercamiento a la gente, al público y tiene que llegar a toda Mallorca.

¿Cómo se elegirá el próximo director o directora del Principal?
—Hay dos fórmulas posibles: o un nombramiento directo o un concurso público, pero todavía es pronto para decirlo.

A principios de año, la gestión del Museu de Mallorca pasó al Consell. ¿Cómo se va a trabajar?
—Sí, pero se sigue colaborando con el Govern porque, por ejemplo, el personal pertenece al Govern, mientras que todo el proceso de gestión lo llevará el Consell insular. Hemos tenido ya reuniones con la directora y lo que vemos es que en este Museu, que también tiene que ser el centro prioritario de exposiciones, se ha hecho un gran trabajo a nivel arqueológico. Una gran labor en Son Tous, donde se tiene cura de todo este material. Hay voluntad de colaboración y, por tanto, de continuar trabajando en ello. De momento no hay ninguna previsión de cambiar a la directora Maria Gràcia Salvà de este cargo.

Hay muchas mujeres en el poder.
—Sí, aunque que haya un gobierno de mujeres que no quiere decir que sea feminista; pero sí hay la voluntad de ello. Es evidente que las mujeres somos igual de capaces de asumir cualquier responsabilidad y así lo demostramos. El feminismo es la única lucha transformadora para conseguir la auténtica igualdad entre hombres y mujeres.

Se dijo que el Consell asumiría la biblioteca Can Sales, ¿será así?
—Su gestión es del Govern y es de titularidad estatal. No puedo avanzar nada, desde aquí ya llevamos la Biblioteca de Cultura Artesana, Lluís Alemany y colaboramos con las del resto de la Isla. Esta labor de dinamización ha sido muy buena y hoy mismo [por ayer] se firmaron certificados de cursos realizados por bibliotecarios y bibliotecarias de la Isla para acercar las bibliotecas a la ciudadanía. Las políticas culturales despertaron después de la letargia del gobierno de Maria Salom, cuando quedó todo parado. Queremos continuar la recuperación, pero queremos más: hacer política de país; es decir, acercar las bibliotecas, las artes escénicas y demás a la ciudadanía. Además, creemos que Mallorca tiene que ser tierra de creación y de atracción cultural.

Se ha dicho que usted no quería mantener a Kika Coll como directora insular de Cultura pero hubo que ceder a presiones de Miquel Ensenyat. ¿Es así?
—Todas estas historias no forman parte de mis prioridades y no tienen ningún tipo de valor. Kika Coll continúa y valoro mucho su trabajo y por eso le pedí que continuara. Coll ha formado parte de la ejecutiva de Més de la cual he sido coordinadora.

¿Cuándo se llevará a cabo la reforma de La Misericòrdia?
—En septiembre empezará una fase de obras para rehabilitar otra parte de La Misericòrdia, un magnífico y emblemático edificio. Las obras tal vez durarán más de una legislatura, por tanto tendremos que tener paciencia.

No podrán quejarse de la herencia recibida, otro gobierno de izquierdas...
—Es una oportunidad que hay que aprovechar.