Nando González, caracterizado como Fray Olmedo, en México.

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«La serie más ambiciosa rodada en español». Así se refiere la prensa a una ficción televisiva que pretende romper moldes, Hernán. El hombre, una coproducción hispanomexicana que se está rodando desde el pasado febrero en México y que cuenta en su reparto con una cara mallorquina. El actor y cantante Nando González (Palma, 1960) se mete en la piel de Fray Olmedo, un evangelizador que acompañó a Hernán Cortes, a quien da vida Óscar Jaenada (visto en filmes como Camarón o Cantinflas), hasta el Nuevo Mundo. La serie ofrecerá «una mirada diferente» a la historia que cambió el rumbo de México y de España, en el año en que se cumple el quinto centenario del encuentro entre estas dos tierras. Producida entre la azteca Dopamine y la española Onza Entertainment, todavía se desconoce cuando se estrenará o la cadena que la emitirá.

¿Cómo llega Nando González a esta producción tan ambiciosa?
—Pues en un casting, como la inmensa mayoría de actores, es la puerta de acceso natural. Hice la prueba y me llamaron. Lo que me llamó la atención del proyecto es que tenía muy buena pinta, un guion muy bueno, así como la producción. El tema de la serie, la llegada de Hernán Cortés a México, es controvertido, como el personaje, pero eso es lo que también lo hace tan fascinante. Es una revisión histórica de aquel momento, aunque hoy haya gente que ofrece diferentes lecturas sobre lo sucedido. Fue un momento interesante.

¿Qué es lo que hace tan grande a esta serie?
—El diseño de producción, el vestuario, maquillaje. Sobre todo, los exteriores, las localizaciones, la construcción de los decorados. Se nota que hay un gran ambición ahí.

¿Qué puede avanzar de su personaje, Fray Olmedo?
—Mi personaje es Bartolomé Ochaita, más conocido como fray Bartolomé de Olmedo. Fue un fraile de Las Mercedes, nacido en Valladolid y que fue fichado por Hernán Cortés para acompañarle durante todo el avance. Fue un tipo bien significado, bien considerado, un tío con mucha mano izquierda, un teólogo. Fue el cura que ofició las primeras misas, los primeros actos evangelizadores en ese Nuevo Mundo. Al mismo tiempo, era muy conciliador. Quería convencer a los nativos con la palabra, más que eliminar sus iconos.

El protagonista es Óscar Jaenada. ¿Cómo está siendo trabajar con él?
—Es un grande, indiscutiblemente. Es un actor excelente que saca lo excelente de ti. Es uno de los mejores ahora mismo en el panorama mundial, de hecho, se lo están rifando y trabaja en Hollywood. Aquí en México es un ídolo desde que hizo Cantinflas. También trabajan en la serie gente como Víctor Clavijo, Michel Brown [Pasión de Gavilanes], que es encantador; Aura Garrido o Jorge Antonio Guerrero, que trabajó en Roma.

¿Y rodar en México?
—Está siendo toda una experiencia. Me encanta, es un país con elementos fascinantes que ahora estoy conociendo en profundidad. Tiene muchas conexiones con el esoterismo y el más allá, y eso se nota en su manera de entender la vida. También me estoy adaptando a su dieta, poco a poco. Hemos grabado en lugares como la selva o en Veracruz, y es realmente increíble.

¿Tiene otros proyectos a la vista?
—Ahora estoy metido de lleno en Hernán. El hombre. Estoy viviendo aquí por unos meses. Rodaremos hasta junio, tendrá ocho episodios. Lo que venga, ya se verá.