Dos jóvenes observando algunas de las obras que podían verse en el Espai Taca de la calle Sant Feliu. | Jennifer Munar

TW
4

Mientras el recorrido oficial de la Nit de l’Art ha recuperado este año su espíritu y razón de ser, el Off continúa ganando adeptos. Los espacios que quisieron poner su granito de arena a la gran fiesta del arte, a pesar de no estar en la programación oficial, apenas tuvieron un segundo de respiro en esta edición. De hecho, durante la noche de ayer se pudieron ver varios políticos visitando algunos de esos lugares, como el espacio cultural Rata Corner o el Espai Taca de Sant Feliu, mostrando su apoyo a esta iniciativa.

Uno de los lugares en los que había mejor ambiente era en el citado Rata Corner, en la que muchos se acercaron a contemplar la exposición del artista Aitor Saraiba. «Hacía ocho años que no venía a la Isla y me está encantando haber vuelto durante la Nit de l’Art. Además, Rata Corner es un lugar maravilloso», explicó el artista, sumergido en una firma de láminas. No demasiado lejos de ahí, en la calle Verí, dos mujeres aparentemente desnudas, aunque luciendo un llamativo body painting, atrajeron la atención de muchos, llegando incluso a eclipsar las exposiciones de las galerías Pelaires y La Caja Blanca. También por el centro de Ciutat, la gente visitó las muestras de Carlos Prieto; el Espai Taca, en calle Sant Feliu, o la intervención a las puertas de la Seu.

Algo lejos del centro, pero con la misma afluencia, Arte Visión propuso una noche mágica en la que la gente no paraba de pasearse por todos los rincones del Pueblo Español. «Al no estar situados en el centro de Palma siempre hay un poco de miedo de que a la gente le cueste más acercarse, pero no podría estar más contenta», comentó Inma Bianchi, organizadora. «Diría que incluso hay más gente que el año pasado. Lo que más me enorgullece es que todos se lo están pasando bien», añadió. En el Pueblo Español los asistentes pudieron disfrutar también de varios espectáculos de danza, del mismo modo que hicieron aquellos que se dejaron caer por el museo Es Baluard de Palma.