Maria-Antònia Oliver, en una imagen de archivo. | Pere Bota

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La escritora y traductora manacorina Maria-Antònia Oliver ha sido distinguida con el 48 Premio de Honor de las Letras Catalanas.

El Premio de Honor de las Letras Catalanas fue instituido por la entidad catalanista Òmnium Cultural en 1969 y se concede a una persona que, por su obra literaria o científica en lengua catalana y por la importancia y ejemplaridad de su labor intelectual, haya contribuido de manera notable y continuada a la vida cultural de las comunidades de habla catalana.

La ganadora recibirá una dotación de 20.000 euros y una escultura, obra de Ernest Altés.

En el jurado del premio figuraban Margarida Aritzeta, Fina Birulés, Toni Soler, Quim Torra, Carles Solà, Anna Sallés, Lluïsa Julià y Marta Buchaca.

En nombre del jurado, Lluïsa Julià ha ilustrado la personalidad de Oliver con una frase que pronunciaba en una entrevista en 1992, en la que decía que «ella estaba en el mundo para escribir y que entendía el mundo escribiendo».

Nacida en Manacor en 1947, Oliver perteneció a la generación de los 70, formó parte del colectivo literario Ofèlia Dracs y «su obra es inseparable del compromiso con el país».

Desde su primera novela, publicada en 1970, ha escrito novela, cuentos, teatro, narrativa infantil, artículos, traducciones y guiones para cine, televisión y radio.

Fue una de las pioneras en cultivar algunos de los géneros casi ausentes de la literatura catalana, como la novela negra y detectivesca, «propicia para tratar temas candentes y sociales como los negocios sucios, la corrupción o la violencia de género», ha subrayado Julià; o la ciencia ficción, presente en «Lovecraft, Lovecraft», o la literatura erótica.

En el género negro, Oliver es autora de «un personaje entrañable y conocido como la inspectora Lònia Guiu, el primer personaje femenino que se convirtió en protagonista en la literatura catalana del género».

Como narradora, ha utilizado una amplia gama de recursos, que inició con «Cròniques de la molt anomenada ciutat de Montcarrà» (1972) o «El vaixell d'Iràs i no Tornaràs» (1976), «con un sustrato importante de las rondallas mallorquinas».

En el acto del fallo, Oliver ha confesado que «cuando me comunicaron el premio fue como una inyección en vena de pan con aceite, tomate y olivas», hasta el punto de que «había dejado de escribir, porque no podía, y ahora espero que pronto pueda tener otra obra mía en las librerías».

«Pensé que no podía perder lo que me queda de vida sin escribir», ha dicho Oliver, quien prefiere no distinguir entre géneros literarios: «Sólo hago diferencias entre los libros buenos y los que no lo son, pero para mí son igual de importantes una novela policíaca o una onírica».

Preguntada por la lucha feminista en el mundo literario, Oliver considera que «no estamos en una situación de normalidad, porque no hay tantas mujeres que escriban como hombres, y debería haber, al menos, la mitad», y ha denunciado que «hay un déficit de atención por parte de las editoriales y de la prensa, que no hacen tanto caso a las escritoras, sobre todo, si comienzan».

La nueva Premio de Honor de las Letras Catalanas ha hecho muestra de su energía crítica cuando ha denunciado que «aún vivimos en un patriarcado y se debe seguir luchando contra ese trato desigual» o cuando ha respirado aliviada por «haber acabado con los cuatro años del gobierno balear del PP presidido por José Ramón Bauzá».

Maria-Antònia Oliver ha pronosticado que «veré la independencia de Cataluña, pero no la de los Països Catalans. En términos de lengua y cultura estamos muy unidos, pero no en la cuestión política, pero ya lo estaremos, estoy segura».

El jurado ha reconocido asimismo la labor de Oliver al desarrollar «un nuevo modelo lingüístico coloquial, próximo a la lengua que utilizaba la gente de la calle"

Su obra se ha traducido al inglés, al alemán, al francés, al español, al italiano, al portugués, al rumano y al holandés.

Entre los ganadores en ediciones anteriores figuran, entre otros, Jordi Rubió, Francesc de Borja Moll, Salvador Espriu, Josep Vicenc Foix, Joan Fuster, Vicent Andrés Estellés, Manuel de Pedrolo, Mercè Rodoreda, Joan Coromines, Marià Manent, Pere Calders, Enric Valor, Xavier Benguerel, Miquel Batllori, Miquel Martí i Pol, Raimon, Josep Benet, Avel·lí Artís Gener 'Tísner', Joaquim Molas, Teresa Pàmies y Josep Palau Fabre.