SFDK, dúo formado por MC Zatu y Acción Sánchez.

TW
0

Ya hace tiempo que Sevilla se convirtió en uno de los bastiones de referencia en el panorama nacional del hip hop. Su proximidad con el aeródromo militar americano de Morón, situado a 56 km de la capital hispalense, sirvió de puerta de entrada al género. Desde 1993, SFDK, dúo formado por MC Zatu y Acción Sánchez, no ha dejado de entregarnos historias regadas de ritmo y logaritmos verbales. Un patrimonio robusto que culmina con Sin miedo a vivir, trabajo que presentarán esta noche en Es Gremi de Palma, a las 21.00 horas.

El hip hop es una gigantesca máquina de hacer dinero en USA, su cuna, pero en España hasta no hace demasiado subsistía como un género minoritario. La acción directa de bandas como SFDK declinó la balanza en su favor. Con los años, ha aumentado la calidad de las rimas y también sus ritmos, alcanzando posiciones inéditas en las listas oficiales de ventas. En ese sentido, los sevillanos contribuyeron esencialmente con el single Después de... (2004) el maxi más vendido de la historia del rap en este país.

Ahora, afrontan la presentación de Sin miedo a vivir (2014), un trabajo que, como el resto de su discografía, da la espalda «a las tendencias y modas pasajeras», asegura Zatu, miembro del dúo. Lo que no implica inmovilismo, puesto que, según opina "buscamos la evolución de nuestro sonido desde el principio". Su metodología de trabajo es sencilla: «Lo hacemos igual en todos los discos, solemos empezar haciendo un par de temas, luego otros dos y, sin darnos cuenta, ya estamos metidos en un álbum», desliza Acción Sánchez, el otro cincuenta por ciento del binomío.

En sus canciones, SFDK recoge la chulería, la ironía y el inconformismo que destila el hip hip, lo tritura y añade ritmos escuetos y letras directas, poniendo muchas «ganas de trabajar y competir. No tenemos talento, solo constancia y trabajo duro, con eso y un poco de suerte salen las cosas», opina Sánchez. Pese a su humildad, en ellos la veteranía es un grado, se nota en sus composiciones, que renuncian a la rima fácil y se enriquecen de otros estilos musicales. «Hemos madurado y nos hemos pulido, antes hacíamos las cosas sin pensar demasiado y ahora lo meditamos todo para hacer las mejores canciones posibles. Aunque el concepto es prácticamente el mismo, si escuchas todos nuestros discos verás que el sentido de cada uno es similar», concluye Zatu.