Lo recuerda Catalina Cantarellas, catedrática del Departamento de Ciencias Históricas y Teoría de las Artes de la UIB y conocedora de la historia de la pieza y de la amplia bibliografía publicada sobre la misma. Esta cabeza de mármol fue hallada en Pol·lèntia (Alcúdia) en el siglo XVI, donde existe un yacimiento romano, y ahora quiere ponerla a la venta en Christie’s su actual propietaria, Almudena de Padura y de España, heredera del marqués de Campofranco.
Fue el historiador del arte García Bellido quien, en los años 50 del siglo XX, «emprendió el estudio de las esculturas romanas en España, incluidas las de Pol·lèntia», rememora Cantarellas, e «identificó definitivamente el busto que ahora se pone a la venta con una representación de Augusto», algo que ya había sido analizado por pioneros de la arqueología como el alemán Hübner. Esta tesis, comenta la historiadora del arte, «contravenía la tradicional», pues los historiadores locales asimilaban esta cabeza con la de Cecilio Metelo, el general que conquistó Mallorca para el imperio romano en el año 121 antes de Cristo. Y en este sentido lo recogían los autores de Mallorca en sus escritos, «desde Binimelis y Dameto hasta Buenaventura Serra, vinculado a José de Pueyo (1733 - 1785), quien sería el tercer marqués de Campofranco», en cuya colección familiar permaneció hasta hoy.
Se da la causalidad de que en el Álbum artístico de Mallorca, en el que el busto ocupaba la lámina número V, se explicaba esta misma teoría local. La cabeza de Augusto, propiedad del citado marqués, reposaba sobre un pedestal en el que se leía la siguiente inscripción: «Cabeza de Quinto Metelo el Baleárico, Proconsul en el año 632 de la fundación de Roma, desenterrada y colocada sobre este pedestal el 6 de octubre de 1757». Agusto está representado aquí, señala Cantarellas, «como la máxima autoridad religiosa», con la parte de atrás de la cabeza cubierta por un velo. Si ninguna institución balear ejerce el derecho de tanteo, pasará como con los Bous de Costitx, que a punto estuvieron de salir para el Museo del Louvre pues la entonces Diputación no quería comprarlos, aunque por suerte acabaron en Madrid.
1 comentario
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No entenc. S'havia dit, en UH, que el cap havia estat trobat el segle XVI, emperò el Sr. Ferrà ens parla de 1757. La data no és indiferent per a l'autenticitat.