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El sexteto madrileño Vetusta Morla, la 'banda del momento' de la nación alternativa, pasó como una exhalación por Palma. El concierto, teloneado por la formación local Son & the Holy Ghosts congregó a más de tres mil parroquianos la pasada noche en el recinto de Son Fusteret, superando -paradójicamente- el bagaje asistencial del otro gran evento de la noche, la macro sesión del DJ y productor galo David Guetta, con sede en Magaluf.

Quince minutos sobre las nueve de la noche arrancaban los mallorquines con su indie folk oscuro y alambicado, a continuación saltaban al escenario entre vítores los protagonistas de la velada, unos Vetusta Morla que en el año 2008 irrumpieron abruptamente en el concierto nacional con un álbum superventas, Un día en el mundo , éxito sin precedentes que aunaba crítica y público mediante un compendio de himnos liderados por la voz de Pucho, ese culebrilla incansable que la pasada noche se entregó en cuerpo y alma durante la práctica totalidad del concierto. A día de hoy, y con apenas tres referencias en el mercado, han trascendido el concepto de banda para convertirse en un icono de la contracultura moderna, tal y como evidenciaba la masiva afluencia de público que registraba Son Fusteret, donde los madrileños presentaban su último largo, La deriva (2014). El sexteto capitalino arrancó, precisamente, con el tema La deriva , le siguió Fuego y, a continuación, tras saludar con un escueto « bona nit Mallorca » interpretaron Golpe maestro .

Sobre el escenario, su personalidad musical es tan acusada que resulta imposible disolverla en modelos preconcebidos, Vetusta Morla no suena ni recuerda a nada ni nadie, todo un logro en tiempos en que la mayoría de bandas parecen salidas de una cadena de montaje. Al cierre de esta edición, estaba previsto que el concierto se prolongase hasta bien entrada la medianoche.