El director Lluís Miñarro, ayer en CineCiutat.

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«El exhibidor tradicional busca la rentabilidad inmediata y este tipo de cine hay que cuidarlo, dejar que funcione el boca a oreja porque son películas más frágiles que no tienen una campaña de marketing detrás como el cine norteamericano», defiende Lluís Miñarro (Barcelona, 1949), director y productor de Stella cadente , una de esas cintas sin largas cifras detrás que la respalden. Pero está en «la sala adecuada», avisa el director, ayer en CineCiutat, donde se proyecta a partir de mañana.

El estreno de esta ficción que recupera el reinado convulso de Amadeo de Saboya, de 1870 a 1873, coincide con la abdicación del rey Juan Carlos I. «Ojalá sirva para que me haga la campaña gratuita ya que no he tenido suficientes recursos económicos», bromea.

Rey

«Posiblemente, después de Franco, la única posibilidad pacífica de llegar a un acuerdo era restablecer la monarquía. En ese sentido el Rey ha sido la figura oportuna en un momento muy delicado. Ha sido una persona que ha servido para balancear y dinamizar la imagen de España».

Stella cadente , protagonizada por Àlex Brendemühl y Lola Dueñas, es un filme «hedonista», de espíritu «republicano con estética monárquica», que plantea un cruce de géneros, desde el melodrama, la ensoñación o la comedia musical.

La coyuntura turbia del reinado fugaz de Amadeo de Saboya denota paralelismos con la actualidad. «España siempre se ha movido por periodos liberales y luego de contrarreforma. Ahora estamos en una situación un poco parecida», explica, interesado por la dinámica del poder.

«Los verdaderos problemas de los españoles nunca han sido resueltos, es como si hubiera cierto miedo a la democracia». Cita el referéndum de Catalunya y el modelo de Estado. «Cada día hay más independentistas por negar la posibilidad de opinar».