Instante en el que Andreu Riera recoge la medalla de la Reial Acadèmia.

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Ingresar en la Reial Acadèmia de Belles Arts de Sant Sebastià significa para el Andreu Riera i Gomila «un honor, un orgullo y una responsabilidad». El músico, intérprete y concertista de piano se incorporó ayer a una Acadèmia cuya sala de actos presentaba un lleno absoluto.

En su discurso, titulado La música, l’instrument, les emocions, articulado en tres partes, Riera realizó un breve repaso histórico y sociocultural de la música: desde los inicios hasta la actualidad. En el segundo capítulo dirigió sus palabras hacia el piano, su instrumento, de cómo nació y su desarrollo. Una visión con perspectiva.

La última sección estuvo dedicada a la experiencia artística musical del intérprete, lo que supone para el artista a la hora de comunicar y expresar emociones y, sobre todo, para la audiencia.
Acto seguido, Andreu Riera dio un concierto en el que interpretó las obras Plant (Antoni Martorell), Danza Gitana (Bernat Julià), Safrà (Xavier Carbonell) y Petita Fantasia (Josep Prohens). Estas dos últimas fueron creadas para la ocasión.

Entre sus propuestas, el músico ofrecerá «dinamizar un poco la actividad musical de la Acadèmia, organizando conciertos de cámara, de piano, de otros solistas».

El presidente de la Acadèmia, Josep Prohens, expresó a este diario que Andreu Riera i Gomila, «por su currículum inagotable, su trabajo como profesor, su calidad humana y, por supuesto, porque es un gran pianista» representa «la persona ideal para ocupar la plaza vacante de la sección de música».