Primera actuación de la Simfònica tras finalizar la huelga, el pasado mes de noviembre en el Auditòrium de Palma. | A. GIL

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Será cuestión de días que la Orquestra Simfònica de Balears abra una nueva etapa de su historia, marcada recientemente por el conflicto económico, institucional y laboral. Resuelta en octubre su última y más grave crisis, el Consorci per a la Música de les Illes Balears, que gestiona la orquesta desde hace veintiséis años, desarrolla una nueva estrategia de viabilidad para la Simfònica que pasa por cuadrar sus cuentas como paso previo a que el Govern tome las riendas de la formación en solitario a partir de enero. Información esta última que adelantó Ultima Hora hace unas semanas.

La salida del Consell de Mallorca y el Ajuntament de Palma es económica. De hecho, la institución insular, que ayer presentó sus presupuestos, no contempla partida alguna para la Simfònica. Sí la anunció en los suyos Cort, a modo de previsión. Pese a la nueva situación, ambas instituciones seguirán formando parte de la orquesta porque «culturalmente es positivo, también para temas de coordinación», apuntó el vicepresidente Joan Rotger, quien agradeció «el trabajo que se está haciendo desde el Govern» para «facilitar las cosas».

Actualmente, y desde hace semanas, el Consorci vuelca todos los esfuerzos en cerrar y liquidar las cuentas, cobrar una deuda pendiente de Turisme y modificar los actuales estatutos. Todo ello, y la inminente nueva gestión de la Simfònica, deberán contar con el visto bueno del pleno de las distintas instituciones, lo que podría dilatar el proceso algunas semanas. «No obstante, tendrá carácter retroactivo» a fecha de 1 de enero de 2014, confirmaron fuentes consultadas. Desde esa fecha, la Simfònica dispondrá de un presupuesto de 4,7 millones de euros. Según esas mismas fuentes, el Govern cuenta con más de tres millones de euros para el funcionamiento de la orquesta y unos 600.000 euros espera ingresarlos mediante importantes eventos con los que tiene previsto atraer a mayor número de público, como el Festival de Bellver en verano u otras actividades en las que ya se está trabajando y de las que se hará promoción a nivel turístico.

Cabe recordar que el Ejecutivo balear decidió hace meses asumir este proyecto en solitario, que históricamente sufría impagos por parte de las instituciones que lo gestionaban. En septiembre pasado, las tres administraciones buscaron fórmulas para ponerse al corriente y garantizar la continuidad de la Simfònica, hoy en manos del Govern.