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El personal del Museu de Mallorca, que desde hace año y medio ocupa provisionalmente el Centre de Cultura Sa Nostra de Palma, donde se exhiben las mejores piezas de su fondo, ha comenzado el traslado de las obras de arte a Ca la Gran Cristiana, el edificio de la calle Portella de Palma que es su sede y cuya restauración ya ha finalizado. Mañana sábado se cierra definitivamente la exposición que ocupaba las salas de la planta noble del centro desde mayo de 2012, y que se puede visitar hasta las 14.00 horas, aunque los trabajadores del museo no abandonarán las oficinas que han utilizado de forma temporal hasta el mes de enero.

Siete empresas especializadas, bajo la supervisión del personal del museo, se encargan de mover miles de piezas desde la calle Concepció hasta Ca la Gran Cristiana. Pintura, escultura, material de arqueología, fotográfico, de artes suntuarias, el laboratorio de metales, documentos, el archivo o la biblioteca, entre otros, deshacen el camino que emprendieron el 5 de marzo de 2012.

Como explica Joana Maria Palou, directora del museo, no resulta fácil un trabajo en el que hay que seguir la pista de cada pieza con «un registro de salida, de movimiento y otro de entrada» y cuando llegan a la calle Portella ya se tienen que ubicar en el lugar en el que van a residir, por ejemplo, la sala en la que se va exponer, si es el caso, en la que se almacenará, llamada sala de reserva, o si ha de ser objeto de alguna intervención como enmarcar.

El traslado no significa que el museo abra sus puertas enseguida. Una vez reubicado todo el material, el Estado, que es su propietario, y en base a sus Presupuestos generales, debe sacar a concurso «el proyecto museográfico de la sección de Bellas Artes, que es lo primero que se podrá ver». Esto quiere decir que se ha de elegir la empresa que desarrolle «la realización física» de lo que se denomina proyecto museológico, «que es la teoría, el discurso, lo que pretendemos contar con las piezas», y que ha sido elaborado por Palou y la conservadora Rosa Maria Aguiló. El arquitecto especialista Jorge Ruiz Ampuero, por encargo del Ministerio de Cultura, y de acuerdo con ambas facultativas del museo, es el autor del diseño museográfico que incluye desde señalización, a seguridad o salud laboral. «Para resolver el concurso hay un tiempo limitado» y la previsión es abrir esta primera fase para finales de 2014. Para una segunda safe quedarán las salas dedicadas a la arqueología.

Bellas Artes comprenderá un período que va desde la Conquesta hasta la Guerra Civil, con las primeras vanguardias. «La importancia la tendrán las piezas, el hecho de que se hayan recuperado los espacios permitirá disfrutar también del continente, no sólo del contenido».