Imagen de n'Eloi, la campaña de mayor tamaño de la Seu, que data de 1592 y pesa 4.700 kilogramos. | Teresa Ayuga

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La intención del Cabildo de restaurar el campanario y las campanas de la Seu ha redescubierto su importancia como conjunto de valor material e inmaterial y, según los expertos, se trata de uno de los «más notables de España y también de Europa. Cabe recordar que, de la decena de campanas, seis están datadas en 1312, un año después de la muerte de Jaume II, y n'Eloi, la más emblemática y la mayor del Estado que se puede voltear, pesa 4.700 kilos y está fechada en 1592. Ahora, antes de saber si parte de este conjunto puede viajar a la fundación Lechenmayer de Alemania, serán sometidas a investigaciones científicas a petición del Servei de Patrimoni Històric del Consell.

Estas pruebas serán llevadas a cabo por el Ministerio de Cultura y por encargo del equipo de arquitectos y aparejadores de la Seu que supervisan los proyectos de restauración. El pasado miércoles, técnicos del primero ya estuvieron en el campanario tomando muestras.

Desde Patrimoni Històric se apunta que, una vez se ha puesto en valor la importancia del conjunto, «hay que tratarlo con la categoría que se merece». Por ello, en el proyecto original de restauración presentado para su aprobación «echamos en falta pruebas científicas sobre sus patologías a fin de saber qué tratamiento pueden soportar».

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Patologías

Respecto a su estado actual, desde el Consell se cuenta que como consecuencia, en buena parte, de la mecanización de las campanas en los años cincuenta, éstas, que son de bronce, sufren pérdida de grosor debido al golpe del badajo que «martillea de forma más dura, y siempre incidiendo en el mismo sitio, que si se tocaran manualmente. Esta pérdida de grosor es evidente, pero no ha sido estudiada, y ahora se va a diagnosticar mediante ultrasonidos». En cuanto a las fisuras que padecen, incluida n'Eloi, «se analizarán mediante líquidos penetrantes y corrientes inducidas en las zonas donde la campana soporta tensiones más acusadas, como la sujección al yugo metálico». Por cierto, cuando se lleve cabo la restauración, estos yugos, que son modernos, se sustituirán por los de madera que se quitaron cuando se mecanizó todo el sistema y que, por suerte, el Cabildo guardó.

Siguiendo con las investigaciones científicas, también se calculará a qué grado de calor se pueden someter en una fundición y se estudiarán los materiales de la aleación y su grado de composición, así como las pátinas y su alteración en el tiempo.

Desde Patrimoni se recuerda que el conjunto de las campanas góticas de la Catedral, además de objeto útil, también tiene un valor estético puesto que están decoradas, y un valor inmaterial, que son los toques. Poco estudiadas, se puede decir que, respecto al resto del Estado, «son una reliquia».