Guillem Estarellas es el nuevo secretario autonómico de la Conselleria d’Educació i Cultura.

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Guillem Estarellas, secretario autonómico de la Conselleria de Cultura, llegó al cargo el pasado mes de mayo cuando la Orquestra Simfònica llevaba casi dos años de lucha en la calle. Dice que entonces se encontró con una orquesta «desmembrada, sin director contratado, ni visos de contrato, con un convenio colectivo a punto de caducar y la liquidez...». Hoy asegura que «el Govern quiere la titularidad [de la orquesta] al final del camino», es decir, cuando todas las instituciones que integran el consorcio que la rige, en el que también participan el Consell y el Ajuntament de Palma, pongan a cero el contador de las deudas.


Sobre esta noticia, que daba ayer Estarellas a Ultima Hora, asegura que ya se la ha «planteado a nuestros socios y no han dicho que no». De momento, las aportaciones de las instituciones al Consorci de la Música per les Balears se dividen entre el 40 % (Govern), 40 % (Cort) y 20 % Consell, lo que «a la hora de tomar decisiones resulta difícil». Pero el Govern «no asumirá» las riendas mientras el capítulo cuentas y el actual conflicto se solucionen.

De momento, la previsión es bajar el presupuesto, dejarlo por debajo de los cinco millones, y los músicos tendrán que hacer «sacrificios» lo que, en este caso quiere decir, por ejemplo, que el nuevo convenio colectivo deberá «ajustarse a la realidad actual». Precisamente, el comité de empresa de la orquesta ha sido citado hoy para comenzar el proceso.
¿Cuáles son esos sacrificios? Estarellas remite al resultado de la «negociación», pero sí pone otro ejemplo: «Tienen que resolverse los desequilibrios en cuanto a sueldos» y asegura que «salvar» a la orquesta es el objetivo.
Respecto a que el conjunto sinfónico pase a depender del Govern, «con colaboración del Consell y Ajuntament de Palma», el secretario autonómico ve la futura situación como un proceso natural. «A la hora de proyectar», de la promoción exterior de la Orquestra Simfònica de Balears «es el Govern quien debe hacerla, por eso tiene que ser el socio más participativo». Además, los músicos pasarían a formar parte del «sector público, a depender de la Administración», mientras que ahora lo hacen de un consorcio. Estarellas confirma que este consorcio ya tiene un plan de viabilidad y que el futuro económico de la formación pasa por «la taquilla, por programaciones atractivas» y porque actúe como un polo de atracción turística.

Lo dice un melómano que confiesa entre sus pasiones musicales la ópera y se estrenó en sus nuevas obligaciones asistiendo al Teatre Principal a una función de Viatge per la tetralogia de Wagner, tras visitar la