Concha Buika, en una imagen de archivo. | Redacción Cultura

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Vive desde 2007 a caballo entre Miami y Brighton, sus giras las agrupa por continentes, Pat Metheny toca en su último disco -"La noche más larga"-... pero si Concha Buika volviera a nacer repetiría en Mallorca, el sitio que le ancla al mundo y, «por supuesto», sería «mujer», su única «patria».

«El español es el ciudadano más local del mundo pero a la vez profundamente universal. Su soberbia le viene del conocimiento de que es lo más de lo más del planeta», asegura la mallorquina de origen guineano en una entrevista con Efe.

Ella, dice, nació «sin identidad» porque cuando en España le preguntaban que de dónde era «de verdad» y ella respondía que de Mallorca, le decían que «no», y que cuando se lo preguntaban en Guinea y ella contestaba que de África tampoco le creían.

Pero desde que su «mamá» Chavela Vargas le dijo que las mujeres no tienen «nación», que ellas son su propia «patria», creada desde la soledad y la certeza de que son «las madres de la tierra», ha dejado de inquietarle su «pertenencia» porque que siempre está «en casa».

Se pasa a la producción

En el que es su sexto disco ha decidido prescindir de productor y se ha atrevido a sacarle partido a su talento como arreglista y de paso a las muchas «máquinas» que tiene en sus estudios de Miami (Estados Unidos) y Brighton (Reino Unido): «es para lo único que soy pija. Tengo lo mejor de lo mejor y siempre estoy pendiente de lo último que sale».

Ha dicho «adiós» a una manera de funcionar, la de la producción clásica, en la que había ido de la mano de Javier Limón, y ha dado la «bienvenida» a otra que le ha encantado, firmada por ella misma y Eli Wolf, y registrada entre los BB&B Studios de Miami y en los Sear Sound Studios de Nueva York: «nadie como tú para contar las cosas», precisa.

El arreglista, sostiene, es al final «la propia música. Son tus canciones, tu sentir, lo que quieres que hagan y todo pasa por ellas. Es una forma muy personal de hacer las cosas, no forzarlas a trabajar de distinta forma».

En «La noche más larga», en el que está acompañada por Iván «Melon» Lewis y Ramón Porrina, ha compuesto cinco de los doce temas, pero, afirma, «el daño del que nacen todas las canciones, sean versiones o propias, es el mismo. Todo es de todos o nada es de nadie».

Colaboraciones estelares

Los «préstamos» los firman Roque Narvaja, Fito Páez, Billie Holiday, Abbey Lincoln, Dino Ramos, Jacques Brel y Ernesto Lecuona, el autor de «Siboney».

«El maestro Chucho Váldez me dijo hace mucho tiempo que tenía que cantar 'Siboney' pero yo ni siquiera la había escuchado. Un día el gran Edgardo Montserrat me la mandó y me detonó el corazón. La siguiente vez la canté con Valdez», relata.

Pat Metheny la acompaña en «No lo sé», un tema que llegó por casualidad -"estaba metido en la carpeta equivocada"- a los oídos del guitarrista estadounidense, una historia que habla de que, a veces, las palabras se quedan «pequeñas» para expresarse y que ella jamás pensó que le gustaría a nadie.

«Pat me ha limpiado el sótano de la música. Él y su mujer son ahora mis amigos del corazón y eso que la cosa empezó como un sarcasmo cuando me preguntó mi manager que con quién me gustaría colaborar y le contesté que con Metheny, Michael Jackson o Lola Flores», se ríe.

Actuaciones en Estados Unidos

Su forma de cantar nace del olvido de ella misma, de todo lo que sabe, empezando «en un lugar en el que no hay miedos, solo inocencia, una fábrica de armas de construcción masivas», ilustra.

Esta «joven promesa», como ella misma se describe a sus «41 añitos», tiene como «única Biblia» el arte que el hombre ha creado desde el inicio de los tiempos: «esa es la verdadera religión», remacha «entusiasmada» de ser una de sus mayores «fieles» y feliz por difundir esa «fe» por el mundo.

La cantante actuará los días 11 y 12 en Washington, el 13 en el Blue Note Jazz Festival de Nueva York y el 15 en Chicago.

A partir del 29 y hasta agosto, actuará en su gira europea en Toulouse, Vienne y Marsella (Francia), Madeira, Lisboa y Oporto (Portugal), Goteborg (Suecia) y, ya en España, en Barcelona, Cartagena, Madrid y San Sebastián.