Alfonso Sánchez, Nicolás Alcalá y Alberto López, ayer, en un hotel de Palma.

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No saben cuál va a ser el futuro de la industria del cine. Pero sí que «dentro de un tiempo se nos estudiará en los libros cinematográficos como unos majaras que en 2010 se dejaron la vida para crear algo nuevo». Son palabras de Alfonso Sánchez, director y protagonista junto a Alberto López de la película El mundo es nuestro , financiada a través de micromecenazgo y vista por más de 170.000 espectadores. Nicolás Alcalá, ideólogo de El cosmonauta , también recurrió a pasar la gorrilla por Internet y recaudó 430.000 euros. Del crowdfunding en el cine hablarán los tres, hoy a las 10.00, en PalmaActiva (Socors, 22, Palma).

«Estas iniciativas sirven para generar un debate y poner en tela de juicio el modelo tradicional», asegura Sánchez. Los cineastas coinciden en la relevancia de la relación con su legión de seguidores.

'Feedback'

«Hemos generado un universo a través de las redes sociales, un micromundo», apunta Sánchez. Como Star Trek tiene sus seguidores, los trekkies , las películas citadas con anterioridad también conservan a sus fans. Los cosmonautas y los enteristas . «Es importante que la gente se sienta identificada con una cosa, que haya un compromiso del artista con el público», prosigue el director de El mundo es nuestro .

Hasta 4.600 personas aportaron dinero de sus bolsillos para financiar El Cosmonauta , un drama de ciencia ficción que se podrá ver hoy, a las 20.00, en CineCiutat. «El crowdfunding [micromecenazgo] es la consecuencia de la comunidad que generas con tu público, una relación de amor entre fan y artista. Y después le pides dinero», confiesa Nicolás Alcalá. «Pero porque tú antes le has demostrado que le amas, y que estás trabajando para él», afirma Sánchez. Es un proceso que requiere una serie de cualidades en los artistas que son ineludibles. «Si tú no eres honesto, no eres humilde, no eres fiel a tus instintos, no funciona el crowdfunding », apostilla Alberto López.