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No pretende dar grandes discursos a través de su arte, y sí compartir de una forma cercana aquellas cosas que le inquietan apoyándose en la cotidianidad. En ello, Nieves Correa ha invertido toda su carrera, que despegó en los ochenta. Ella y otras mujeres, como Esther Ferrer, Marina Abramovic, Ana Mendieta, Orlan o Rebecca Horn, se han abierto un importante camino en un terreno «en el que siempre ha tenido más visibilidad el trabajo de los hombres», lamenta.

Hoy, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la performer madrileña se instala en el patio del Casal Solleric de Palma para estrenar, a las 20.00 horas, el proyecto As time goes by, una acción en la que plasma su «obsesión por el paso del tiempo», especialmente sobre el cuerpo de la mujer, «tan influenciado por la sociedad, por lo que hay que ponerle encima». Su propuesta ha sido programada con motivo del Festival Miradas de Mujeres.

Correa quiere expresar esta tarde qué sensaciones le produce envejecer y, para ello, irá descubriendo, desnudando las partes de su cuerpo. «53 cortes sobre mi ropa», uno por cada año cumplido, permitirán ver las marcas del tiempo sobre su piel. La artista entiende está acción como «biográfica, de cumpleaños», una performance que «puede repetirse año tras año». Tiene otras de este estilo, comoTill Doomsday, en la que se lanza contra barras de labios, tantas como sus años, que dejan sobre su pecho desnudo una gran mancha roja. «Me interesa la idea de repetir porque nunca es lo mismo, cambia el espacio, el contexto...», explica. Y ha sido precisamente el espacio del Solleric, su patio, el que ha inspirado esta propuesta, una pieza con pocos elementos, libre de interferencias, porque «el espacio en sí ya es muy potente».

Nieves Correa aparca el pudor, entiende su cuerpo como un medio para «expresar lo que soy, sin más, sin todo aquello que la sociedad nos hace llevar por estatus, modas o belleza». Sí reconoce que «el cuerpo es muy potente, llama la atención». Pero el desnudo es algo que ya no debe escandalizar, cree, «lo que escandaliza o crea polémica hoy es la idea de trastocar todo aquello a lo que estamos acostumbrados en el arte».

Mensaje

La artista madrileña ha sido elegida para inaugurar el Festival Miradas de Mujeres en el Solleric. Su mensaje, en este sentido, «no es algo excesivamente evidente», pero «todo lo que hago parte de mí, que soy mujer, tiene un mensaje feminista». Correa opina que en este campo «las mujeres para mí son mejores. Es un género muy nuevo, sólo tiene cien años de vida. No hay tanta tradición, ni carga masculina, como sí la tienen la pintura, la escultura o el videoarte. Hay más igualdad». La artista cree que «la mujer vive el cuerpo con más intensidad que el hombre» y que han sido ellas las que «han dado una vuelta de tuerca al arte de acción» llevándolo a «un estado límite». Además de al grupo ZAJ, todo un referente en su trabajo, Correa destaca a Esther Ferrer. «Es una artista maravillosa, y es admirable cómo ha luchado como mujer, como creadora y como persona. Es un referente y amiga».